El Partido del Trabajo (PT) ha estado desmoronándose en las últimas semanas. Es visible que está en medio de una crisis, derivada de la malísima decisión de separarse de la alianza con Morena y el Verde Ecologista.
Eso, sumado a la soberbia de pensar que podían solos en un proceso electoral, lo cual les está saliendo demasiado caro.
Prueba de ello, lo sucedido en el Congreso Local donde perdió su bancada, dos de sus diputados vieron que el barco comenzaba a hundirse y se brincaron a Morena. Otros hicieron lo propio en el Verde Ecologista. Con este panorama, únicamente queda el comisionado nacional y diputado local, Ramón Díaz Ávila y la diputada plurinominal Elizabeth Morales García.
Con este escenario, pareciera que la desaparición del PT, al menos en Veracruz, pudiera ser inevitable. En encuestas de Xalapa, Veracruz y Coatzacoalcos aparece muy por debajo, poniendo incluso en riesgo su existencia como partido. Ya veremos lo que dicen las urnas.
Fortalecer mercados
La reciente advertencia de Canacintra, sobre los efectos de los aranceles impuestos por Estados Unidos, pone sobre la mesa una realidad que ya no puede ni debe postergarse: México necesita reducir su vulnerabilidad frente a las decisiones unilaterales de su vecino del norte.
No es novedad que las políticas económicas del expresidente estadounidense Donald Trump, hayan generado una atmósfera de inestabilidad para nuestros sectores productivos, aunque no sea esa la realidad.
Resulta inaceptable que los industriales mexicanos no sepan "con qué va a amanecer" el presidente estadounidense, como señaló Ortega Azar. Esta incertidumbre se traduce en freno a las inversiones, tensiones comerciales y una constante amenaza sobre los empleos nacionales.
México no puede vivir pendiente del resultado de cada elección en Washington. Ni puede seguir apostando todo a una sola relación comercial, por más importante que esta sea. Por ello, el sector considera que es hora de fortalecer la industria nacional, sustituir importaciones y diversificar los mercados.
Expectativas vacacionales
El sol de abril ya calienta el malecón de Boca del Río, y en el aire se siente ese murmullo que solo los jarochos reconocemos: la Semana Santa está a la vuelta de la esquina.
A partir de este domingo, cuando las palmas benditas llenen las iglesias, Veracruz se convertirá otra vez en el cruce de caminos entre la fe, la fiesta y el descanso.
En el puerto, las palapas ya preparan sus cazuelas, mientras en Xalapa las procesiones alistan sus pasos y en Tecolutla las playas esperan a miles de familias. Las expectativas son buenas en un año, con el eco de un 2025 que apenas comienza.
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