Adolfo Pereira es un policía municipal de Las Choapas, con una experiencia de más de 30 años siendo policía municipal en distintas localidades de la región, tiene historias interesantes que contar, como la vez que detuvo a un delincuente que había escapado horas antes de las celdas de la entonces policía judicial.
Armando Kury Jácome era el jefe de la corporación en Agua Dulce a principios de los años noventa, teniendo sus oficinas en la Ex Agencia Municipal ubicada en el centro de la ciudad, frente a la clínica de la Cruz Roja y a un costado del desaparecido IMSS, donde actualmente se ubica Coppel.
En la planta baja se ubicaba la judicial y los separos, en la planta superior se encontraban las oficinas de Patrimonio del Estado y a un costado el naciente Instituto Federal Electoral (IFE), creado tras las elecciones presidenciales cuestionadas por la población.
Bajo ese contexto, los elementos judiciales lograron la detención de un peligroso sujeto señalado de varios crímenes que incluían violencia, daños y lesiones; este detenido tenía la característica de ser sumamente delgado, siendo por obvias razones conocido en el bajo mundo del hampa como ´El Flaco´.
Una vez que el detenido fue internado en los separos, los policías se relajaron y procedieron a buscar algo de comer, en lo que hacían el papeleo para el traslado al penal de Palma Sola que vivía sus últimos años como Centro de Readaptación Social, pues ya se estaba construyendo el Duport Ostión.
En un descuido, el ´Flaco´ se salió entre los barrotes y ágilmente corrió hacia la calle para escapar entre los callejones ubicados en la colonia Puebla, cuando los elementos notaron la ausencia y dieron la voz de alarma, no había rastro del detenido.
A la búsqueda del prófugo se unieron elementos de la policía estatal y municipal, entre ellos Adolfo. Cuenta que fueron al domicilio conocido de la familia del delincuente, en el lugar no lo encontraron, aunque les llamó la atención la comida y bebida servidas en la mesa, pero sin comensal, lo que indciaba que estaba en los alrededores tratando de ocultarse.
Los policías buscaron con lámparas en el patio de la vivienda y en los de los vecinos, la judicial descartó una zona que le llamó la atención al policía preventivo, donde se ubicaba un drenaje de aguas negras lleno de agua, misma que se movía a pesar de que no había aire corriendo.
Tras apagar la lámpara y quedar en silencio, a los pocos segundo emergió el delincuente tratando de tomar aire y abalanzarse contra el oficial, para escapar de nuevo, lo cual no fue posible porque fue sometido y entregado nuevamente a los policías judiciales.
Recuerda que para el final de su siguiente turno, el comandante Kury se presentó para agradecerle la acción que impidió la evasión, misma que habría afectado la carrera de los policías judiciales y hasta hubiera repercutido en temas legales.
Como Adolfo no bebía, descartó la invitación para ir a un conocido centro botanero; en su lugar cuenta que Armando Kury lo llevó a Chinameca a comer la tradicional carne, mostrándose siempre agradecido por su valor e intuición.
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