La gentileza es tan importante en este tiempo en que vivimos tan de prisa y damos poco valor a nuestras acciones. Se entiende que la gentileza es parte de una buena educación, misma que debiera haberse forjado desde el hogar.
Cuando hemos asistido a algún evento donde todos los lugares están ocupados, hemos visto como los hombres (jóvenes y no tan jóvenes) están sentados y ven llegar una dama, muchas veces con bastón y no son capaces de cederle el lugar. Eso también pasa en lugares públicos donde no hay suficientes sillas.
La gentileza nace de un espíritu afable. No se es gentil por accidente. He oído la queja de algunas esposas que dicen: mi esposo es gentil y amable en la oficina, en el taller o donde esté, pero en el hogar su trato con nosotros es diferente.
Con ese ejemplo ¿cómo queremos que los hijos sean bien educados? la educación comienza en casa.
Viene a mi mente una escena de antaño, que nos hacía reír. Un hombre de campo venía sentado en su burrita, y la esposa, cargando la leña en la espalda jalaba al animal.
Ahora en la ciudad, nos ha tocado ver a mujeres cargando la bolsa del mercado con una mano y con la otra jalando a su niño, mientras el hombre muy tranquilo camina por delante.
Los niños observan estas escenas y más adelante las pondrán en práctica. Luego nos quejamos de que nuestros muchachos y muchachas no tienen buena educación. Todo habla de respeto, valor que se ha trastocado y que en ocasiones llega a causarnos admiración.
¿Porqué lo han perdido nuestros hijos? Es algo que deberían tener bien firme y formar parte de su vida.
Es increíble observar a jovencitos que ven a un adulto mayor en problemas de movilidad y no se prestan para darle ayuda. Me gusta mucho recalcar esto de “la siembra y la cosecha” porque de eso no nos vamos a librar. Un día pasaba por una escuela donde estaban varios chicos y chicas burlándose de una persona que, por su edad y por tener una discapacidad, no podía caminar bien. ¡Qué triste!
¿Qué acaso no piensan que un día llegarán a ser adultos mayores? ¿Cómo les irá a ir en su vejez? Esos chicos no han hecho conciencia que ser gentil es respetar a las personas y ser amables con ellas.
Es parte de una buena educación. Siempre he creído que el mejor centro de enseñanza y donde los niños deben aprender buenos hábitos es el HOGAR. Los padres deben darles el mejor ejemplo.
Padres, enseñen a sus hijos gentileza y cortesía para que se formen generaciones con valores, buenos modales, educadas y respetuosas. Es tiempo de enderezar el rumbo.
Que cada uno de ustedes obren con sus semejantes con el respeto que se merecen. Ha llegado el momento de cambiar actitudes. El Apóstol Pablo escribió: “Vuestra gentileza sea reconocida de todos los hombres, porque el Señor está cerca”.
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