Afectuosamente lo invito a nuestras reuniones Dominicales a las 11.30 y 6:30 en la Iglesia Cristiana Bíblica AGAPE de La Llave 1002 casi esquina con Aldama.
Mi amable lector: ¿Ha visto que en el atardecer aparece hacia el oeste Venus de una manera muy notoria? ¿Se ha deleitado al verlo?
Hace unas semanas se alinearon Venus, Marte, Júpiter y la Luna: ¡Qué espectáculo tan grandioso!
Venus ha estado viéndose desde hace varios días en el horizonte al ponerse el sol y quisiera decirle dos cosas: una triste y otra alegre.
La primera es que mucha gente no lo ha visto porque ni tiempo ni ganas ni interés tiene en voltear al cielo, sumidos como están en sus afanes y preocupaciones.
¡Qué van a querer ver éstos prodigios celestes si sus cuitas los agobian hasta hacerlos centrarse en ellas y ahí van con la vista fija en el suelo. A ellos se unen lamentablemente miles que pretenden ver en éstos fenómenos naturales presagios funestos de grandes calamidades por venir. Consultan con avidez sus horóscopos para ver qué les deparan los astros y así pasan de la indiferencia de los primeros al miedo supersticioso.
Estos cuerpos celestes fueron creados por nuestro Dios en El Día Cuarto (Génesis 1:14-19) hace miles, no millones, de años y desde entonces han estado obedeciendo Sus Leyes girando alrededor del sol y, como en éstos días, alineándose prodigiosamente.
Dios dice que los planetas, estrellas y constelaciones no influyen en los seres humanos en cuanto a su conducta y destino y prohíbe estrictamente consultarlos por medio de signos zodiacales. El justo Rey Josías castigó a quienes lo hacían y fue grandemente bendecido por El Señor ( II de Reyes 23:1-5 ).
El Rey David se embelesaba contemplando las noches estrelladas, el sol y la luna y jamás las adoró. El no era astrólogo sino un firme creyente y adorador del Dios Vivo y cantó así: “Cuando veo los Cielos, las estrellas y la luna que Tú formaste y que son Obra de Tus Manos me pegunto ¿Quiénes somos nosotros (tan pequeños) para que nos bendigas y recuerdes?” (Salmo 8)
Pero lo alegre que deseo compartirle, mi amigo y amiga, es que El Dios y Padre de nuestro Señor JESUCRISTO Es El Creador de éstos astros y lo ama profundamente a usted y está interesado en todo lo que le sucede con el deseo firme de bendecirlo y ayudarlo.
El quiere que usted ponga toda su fé y esperanza en El Quien, se lo aseguro, jamás lo defraudará pues El Es Fiel y Verdadero (Apocalipsis 19:11).
El se revela al hombre en dos formas especiales: a través de La Biblia, Su Libro Sagrado, y de La Creación que son elocuentes testimonios de Su Existencia.
El sol, la luna, las estrellas, los mares, las montañas, los animales, y todo lo que existe le dicen, le gritan, que Dios los hizo y que no debe temerles sino adorar a Su Creador.
El Rey David dijo así: “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento proclama La Obra de Sus Manos” (Salmo 19:1).
¡Así es, mi amable lector: éstos planetas son los ”Predicadores celestes” que Dios ha puesto en éstas tardecitas para llamar su atención y que voltee a deleitarse en su contemplación y eleve así una sincera y humilde oración de gratitud pues Dios lo ama con Amor Eterno y por ello cada día le prolonga Su Misericordia (Jeremías 31:3).
Es mi oración y mejor deseo que deje de andar cabizbajo ensimismado en sus problemas y levante la vista y vea que allá a lo lejos, sobre todos nuestros afanes, fulguran esplendorosamente éstos astros que le predican que Dios Vive y le ama.
¡Quite la vista de sus problemas y alce su mirada a los Cielos y eleve una sencilla pero sincera oración y simplemente dígale así: “¡Te alabo! “¡Ayúdame!” y Un gran Milagro, léame bien: UN GRAN MILAGRO ÉL HARA EN SU VIDA!”
¡Hágalo así y le aseguro que no será defraudado (Romanos 10:11)
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