Sedas

Pinos navideños

2024-01-12 | 07:13 p.m.

¿Cómo está usted?

Afectuosamente lo invito a nuestras reuniones Dominicales a las 11.30 o 6.30 en la Iglesia Cristiana Bíblica AGAPE de La Llave 1002 casi esquina con Aldama.

En éstos días verá en los arriates muchos arbolitos de Navidad en calidad de basura. Quisiera hablar con usted no desde el punto de vista económico ya que costaron mucho dinero, sino el siguiente:

Esos arbolitos fueron adquiridos con mucha alegría e ilusiones. Fueron adornados con foquitos multicolores, esferitas, muñequitos y demás que hicieron que fueran el centro de atención y admiración en el hogar.

Alrededor de ellos se tejieron mil sueños acerca de los regalos que se recibirían y se evocaron con deleite escenas en torno al Nacimiento del Niño Jesús. Sin embargo en un lapso muy breve resultaron ser un estorbo, algo fuera de tiempo y sin reparar en tantos momentos felices que proporcionaron a sus dueños fueron arrojados sin miramientos a la basura.

Así, amable lector, sucede en la vida real con las personas: lamentablemente muchos esposos, hijos, padres y amigos que un día formaron un hogar felíz y pleno de proyectos bonitos con el paso del tiempo han sido olvidados y tirados al arriate.

Tristemente es muy grande su número. El índice de divorcios aumenta cada día, lo mismo que el de separaciones conyugales, de hijos que abandonan a sus padres o de padres que se olvidan de sus hijos. Aún personas que años atrás fueron excelentes amigos y hasta socios en alguna empresa hoy están distanciados y enemistados sin deseos de reconciliación.

Los asilos y orfanatorios cada día reciben mayor número de personas abandonadas que no tienen un hogar donde vivir. El número de ancianitos y “niños de la calle” aumenta a diario.

¿Qué pasa aquí? ¿Nunca fueron amados? ¿Acaso nunca tuvieron hogar? La mayoría de ellos sí y hasta fueron muy felices, pero un mal día envejecieron, pasaron de época y empezaron a resultar un estorbo hasta que al fin fueron desechados y lanzados a la calle. Ahí es donde la depresión, la soledad y el dolor hacen presa de ellos y los arrastran al vicio, la prostitución y hasta al suicidio.

Es aquí donde La Persona del Señor JESUCRISTO se levanta majestuosa para acudir en su auxilio. El tiene todo El Poder y El Amor para tomar ésas vidas rotas, unir cada uno de los pedazos y restaurarlos a su hermosura anterior y transformar así una vida llena de tinieblas, dolor y muerte en otra de luz, gozo y paz plenas. El fue Quien dijo así: “Vengan a Mí todos los que estén cansados y cargados de penas y hallarán descanso para sus almas” (Mateo 11:28-30)

Muchas veces he pensado dónde estará el árbol del cual éstos pinitos navideños fueron mutilados. Quizá estén a miles de kilómetros de distancia o quizá estén muertos y sus retoños agonizan en algún arriate o basurero.

Lo mismo me pregunto de éstas personas desechadas. ¿Dónde estará el hogar del cual fueron talados? ¿Dónde las personas que antes los amaban y ahora los cortaron? ¡Sólo Dios lo sabe!

Lo que sí sé con certeza absoluta es que Jesús puede regresarlos ahí, reimplantarlos y hacer que todo vuelva a ser no como antes sino mucho mejor pues ésta nueva relación estará fundada en El Espíritu Santo.

¿Y usted, mi amigo y amiga: está pasando por algo así? ¿Sabe de alguien que sí? Lo invito a que clame al Señor y le pida ayuda ahí donde se encuentre.

Él no lo ignorará ni desechará jamás pues lo ama con Amor Eterno y acudirá en su auxilio y un gran Milagro, léame bien: Un Gran Milagro sucederá en su vida y usted será devuelto a su hogar para su felicidad y la alabanza de El.

El ángel Gabriel le dijo a María de Nazareth algo que le pido guarde en su corazón por siempre: “¡Ninguna cosa es imposible para Dios!” (Lucas 1:37)

¡Créalo, mi amigo y amiga, y espere El Milagro que indudablemente El hará en su vida!