No ha sido ninguna sorpresa el triunfo de Javier Milei en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina. En un país en el que la inflación supera el 100%, con altas tasas de desempleo y una caída del ingreso, aunado a una larga cadena de corrupción entre kichneristas y peronistas resulta entendible el resultado electoral.
Javier MIlei maestro en teoría económica con un discurso anarcocapitalista encendido, radical, antisistema y mediático, logró atraer a los jóvenes, las redes sociales y la inconformidad de la población.
Propuestas como adelgazar el gobierno, dolarizar la economía y desaparecer el Banco Central calaron hondo en el electorado argentino. Aunado a ello logró imponer una agenda libertaria basada en el respeto irrestricto al proyecto de vida del otro.
Este resultado representa una llamada de atención para las izquierdas de realizar buenos gobiernos y contar con una agenda definida, buenos candidatos y un programa realizable. No hay que olvidar que parte del éxito electoral de MIlei fue un ataque frontal a la corrupción del gobierno, al fantasma comunista y a los políticos tradicionales. Tuvo el atino de establecer como lema “La Casta tiene miedo” y de amenazar con su eliminación tajante de la vida política.
Sin embargo, resulta importante llamar la atención sobre la agenda neo libertaria de Milei.
Originariamente el liberalismo se concibe como un Estado fuerte garante de las libertades individuales; pero a partir de la segunda guerra mundial surge un liberalismo anti estatal que no solamente pretende disminuir al Estado a su mínima expresión sino su absoluta abolición, paralelamente propone una economía separada en la que el mercado de manera metafísica se regule así mismo, pero olvida que si existe el mercado es porque hay un Estado que lo permite.
Se trata de un discurso que el 30% de los que sufragaron han respaldado, sin embargo, a partir de estos resultados, la pregunta que surge es si los factores reales del poder argentino (La Casta), lograrán detener el ascenso electoral de Javier Milei o veremos una especie de maniobras como las que vivimos en México en el año 2006, donde políticos, empresarios, medios, sindicatos operaron en contra de Andrés Manuel López Obrador en las cuestionadas elecciones del 2006.
No debe pasar desapercibido que hay un 55% de votantes dividido entre las otras dos fuerzas contendientes: Juntos por el Cambio, con cerca del 28% de los votos, y la coalición peronista-kirchnerista, con más del 27%.
Lo sabremos el próximo 22 de octubre.
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