El Renacimiento Mexicano es un movimiento cívico ciudadano que impulsa lo mejor para México, fundado desde el 2011, en el cual se agrupan a importantes personalidades pertenecientes a distintas disciplinas humanas, y que a lo largo de este tiempo hemos tenido importantes aportaciones y logros para un renacer humano desde México, el cual turbe la degradación y dignifique el espíritu.
Sin embargo, en esta ocasión quisiera compartirles que nos estamos organizando en foros, encuentros, alianzas, huateques, festivales, cumbres, activismo digital y activismo en general, para:
Vamos por los derechos de la naturaleza en todo el país, reactivar el activismo para esta quinta generación de derechos. Iniciaremos por la CDMX para que acate en su Constitución, en especial el Artículo 13, donde se reconocen los derechos de la naturaleza y en el cual se establece la elaboración de una ley secundaria que los tutele.
Elevar al Cuarto Poder los derechos humanos y los derechos de la naturaleza, se agotó el arreglo de los Tres Poderes del Estado, el Ejecutivo que ejecuta, el Legislativo que legisla y el Judicial que juzga, pero ¿quién los vigila? Más cuando hay militares en cada rincón y todo apunta a que aplicaron el dicho de "si no puedes con tu enemigo, únetele", así el vínculo cada vez más estrecho entre amplios sectores del ejército y el crimen organizado. Por ello, somos proactivos en que, hoy más que nunca, se debe refundar el Estado con una preponderancia en la tutela de los derechos humanos de la población civil.
Estamos convencidos que la medicina alternativa, ancestral complementaria, la salud emocional y la transformación de hábitos es la vía ética para reestablecer la salud y la plenitud humana. Los científicos mexicanos, así como los guardianes del conocimiento de la medicina tradicional, han aportado mucho al desarrollo de una forma de sanar holística y de raíz, reconocida en casi todo el mundo, pero ampliamente atacada al interior de nuestra propia nación. Apostamos por el desarrollo de la investigación, regulación, integración en la política pública y transmisión de conocimiento para atender todas las nuevas afecciones.
No podemos preparar a los niños a ser víctimas desde el nuevo modelo educativo que se presume de anticapitalista, anticolonialista, antineoliberal, anti ricos, anti machista, etcétera.
Si bien coincidimos en la necesidad de cambiar el contenido del Plan de Estudios, proponemos incorporar la sabiduría de los pueblos indígenas al educar, y no solo enseñar a odiar el pasado; por ejemplo, creemos en la forma de educar por parte de la comunidad totonaca, la cual pone en el centro de su pedagogía que los niños antes de los 15 años aprendan a descubrir su “don” o Staku, ya que si lo encuentran, viven en una perfecta armonía con el cosmos y la Madre Tierra, es decir, si una persona nació con el don de ser pescador y está pescando, consideran que vive en una constante meditación, sin embargo, si nació con el don de cantar y en cambio está atendiendo una tienda de abarrotes, es cuando se considera que comienza el caos.
Una cruzada nacional de protección a las infancias, mientras sigamos siendo el país número uno en prostitución infantil (de acuerdo con el National Center for Missing and Exploited Children) no podemos seguir normalizando la pederastia.
Asimismo, nos resistimos a la legislación y a la extrema propaganda de las infancias trans, así como a las pastillas bloqueadoras de la pubertad. Primero frenemos la prostitución y la trata infantil, combatamos a los pederastas incrustados en lo más alto de las instituciones globales, religiosas o de estados-nación y aseguremos una vida feliz a nuestras infancias para que puedan conocerse mejor.
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