Apenas tres días después de la brutal trifulca en el estadio Corregidora, de Querétaro, en la Ciudad de México y en algunas de las principales ciudades del interior del país se espera un martes violento con las marchas de organizaciones feministas programadas para hoy con motivo del Día Internacional de las Mujeres.
En Ciudad de México, el secretario de Gobierno, Martí Batres, declaró ayer que “se espera una marcha muy violenta”, ya que tienen identificados al menos a 15 grupos organizados que prevén usar cizallas, sopletes, martillos, cadenas, tubos, tasers eléctricos, bazucas de fabricación caseras, bombas molotov, tijeras para cortar láminas, petardos, thinner, gasolina, navajas, palos y gas pimienta, entre otros artefactos peligrosos.
A pesar de los llamados del funcionario capitalino y del presidente López Obrador a que las movilizaciones feministas sean pacíficas, hoy se esperan actos de violencia similares o más radicales que las organizadas en años anteriores, por lo que nuevamente tapiaron el Palacio Nacional.
El tabasqueño sigue sin entender por qué tanta rabia de estas agrupaciones feministas, la cual atribuye equivocadamente a la manipulación de sus adversarios.
“Nosotros estamos en contra de la violencia, ¿y cómo no vamos a estar en contra de la violencia contra las mujeres? Claro, todos los días estamos luchando por eso. Por eso me levanto a las 05:00 de la mañana todos los días, para que no haya violencia, para proteger la vida, porque el principal de los derechos humanos es el derecho a la vida y es mi convicción.
“Pero el que quieran ubicarnos, situarnos como que estamos en contra de las mujeres, pues no, esa es una manipulación vil, ¿de quién?, de quienes no están de acuerdo con el proceso de transformación que estamos llevando a cabo”, afirmó.
Sin embargo, los feminicidios en México no paran. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tan sólo en enero pasado fueron reportados 75 crímenes de este tipo en el territorio nacional, de los cuales el 60 por ciento ocurrió en seis estados, entre ellos Veracruz, entidad en la que uno de los casos que causó más indignación ocurrió en Teocelo, donde Flor, una joven embarazada de 14 años, fue asfixiada con una sábana en su propio domicilio.
En Veracruz hay también mujeres agraviadas que siguen esperando justicia. La semana antepasada, por ejemplo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos lamentó “la postura y declaraciones estigmatizantes y sin perspectiva de género” que el gobernador Cuitláhuac García emitió al rechazar la Recomendación 51VG/2022 relacionada con graves violaciones a la integridad de July Raquel Flores, detenida en noviembre de 2020 por el homicidio de Guadalupe Martínez Aguilar, rectora de la Universidad Valladolid, cuya madre denunció ante la CNDH que su hija fue víctima de tortura y agresión sexual por parte de elementos de la policía ministerial de la Fiscalía veracruzana.
Otros crímenes que AMLO ordenó reabrir son el de la periodista Regina Martínez, asesinada en 2012, y el de Ernestina Ascencio Rosario, anciana indígena violada brutalmente en 2007 por militares en la sierra de Zongolica.
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