Al menos seis viviendas se encuentran al borde del colapso debido al avance imparable del arroyo que cruza la zona.
Los vecinos afectados, ubicados en los puntos conocidos como “El uno y medio”, el callejón Barberán y Collar, y la calle Ferrocarril, temen que sus hogares sean devorados por las aguas ante la próxima temporada de lluvias.
El arroyo ha erosionado más de 30 metros de terreno, dejando algunas casas a solo dos metros del afluente, lo que pone en riesgo inminente la estabilidad de las construcciones.
“En otra inundación, nuestras casas se van a venir abajo, igual que pasó en El Naranjal hace unos días”, comentó con preocupación uno de los afectados.
Las familias viven con la angustia constante de que las lluvias incrementen el nivel del arroyo y arrasen con lo poco que les queda de terreno.
Los vecinos han solicitado la intervención urgente de las autoridades municipales para que se rellene la zona afectada y se construyan barreras que mitiguen el impacto del arroyo, el cual ha cambiado de curso y amenaza con causar mayores destrozos.
“No tenemos los recursos para hacer la obra por nuestra cuenta, necesitamos que el gobierno nos apoye antes de que sea demasiado tarde”, expresó una de las residentes de la calle Ferrocarril.
Se espera que las lluvias sigan cayendo en las próximas semanas, lo que aumenta la preocupación entre los pobladores de varias colonias del municipio que también han experimentado cambios en el curso del arroyo y ven con temor la posibilidad de daños mayores.
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