Este martes fueron sepultados los cinco hondureños que murieron en la embarcación que naufragó el pasado lunes, frente a las costas de la congregación de Tonalá.
En la casa de la familia Padilla, la escena fue la más dolorosa, ahí en lo que era la sala, fue colocado el ataúd Tanya Lizeth Padilla Oviedo (30) y al costado, la de su hijo Oscar Said de tres años de edad.
Ambos, fueron rodeados con flores de color blanco, azul, y rojas, sobre el féretro diversas fotografías donde ambos en vida sonrían a la vida y abrazaban el sueño de llegar a los Norteamérica para alcanzar una mejor calidad de vida.
Desde las 4:00 de la madrugada del pasado lunes, Quimistan, municipio del departamento de Santa Barbara en la República de Honduras permanece en luto, de donde eran nativos madre e hijo mientras que los otros eran de Pedro Sula donde finalmente fueron sepultados en medio del dolor y el llanto, tras fallecer al zozobrar la embarcación cuando cruzaban del estado de Tabasco a Veracruz por las aguas del Golfo de México.
Tras ser sepultado las cinco personas que fallecieron ahogadas, solo falta que uno sea repatriado; el cuerpo de la sexta persona no ha sido encontrada, por lo que se presume que se trate del pollero quien manejaba la embarcación y quien pudo haber sido rescatado por sus compañeros.
De las cuatro personas que sobrevivieron, permanecen en un albergue de Oluta, quienes por su condición de víctimas pueden solicitar su permanencia en este país o su retorno de manera voluntaria.
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