Durante décadas, el mercado ´sobrerueda´ fue uno de los principales motores comerciales en Agua Dulce; cada lunes y jueves, la colonia El Repasto se transformaba.
Decenas de vendedores llenaban la calle, el tránsito se detenía y los pasillos improvisados se colmaban de voces, olores y colores.
La variedad era amplia, ofrecían frutas, verduras, ropa, calzado, herramientas, piezas para electrodomésticos, flores, hierbas, frutos secos y hasta animales de corral.
El tianguis fue en su momento, una estructura comercial sólida, los pregoneros, con acento chilango, recorrían los puestos gritando frases como "¡Llévele, llévele la fruta de calidad!" o "¡Pásele güerita, ropa de moda!". Era un mercado vivo, dinámico, pero también necesario.
Hoy, esa es solo recuerdos, el ´sobrerueda´ apenas logra mantenerse en pie, solo los lunes —ya no los jueves— un grupo reducido de apenas cuatro comerciantes se instala en un terreno cercano a la "Y" griega.
Ya no hay bullicio, ni clientela abundante, va poco a poco desapareciendo este comercio; al parecer la creación de nuevos comercios, tiendas de conveniencia y el cambio en los hábitos de consumo desplazaron a los vendedores itinerantes. Algunos de los actuales comerciantes son hijos o nietos de los fundadores de aquel tianguis ´robusto´, quienes acuden por inercia o por fidelidad a los pocos clientes que les quedan.
Otros lo hacen más por amor al oficio más que por el dinero, porque en ocasiones ´salen tablas´, ya que ellos pagan combustible y personal para poder llegar al municipio.
Donde antes se abría paso el comercio popular, hoy solo queda el silencio y la resistencia de unos pocos, el mercado ´sobrerueda´ que alguna vez definió el ritmo de vida en Agua Dulce, ahora agoniza siendo algunos pocos quienes se pueden dar cuenta de ello.
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