Uno de los principales problemas detectados en el nuevo mercado Benito Juárez, tras su construcción, fue que la estructura era ideal para albergar a cientos de palomas, mismas que excretan sobre el suelo y los locales, provocando un foco de infección.
Conforme se han ido utilizando los locales de la segunda planta, el problema se ha reducido a la parte central del inmueble, donde hay una especie de domo en cuyas orillas se anidan las palomas, a una altura de aproximadamente cuando menos ocho metros.
Los locatarios ubicados en las cercanías, tanto en el primer como en el segundo piso, señalan que no tienen manera de combatir con las aves, al menos una manera que sea legal o que no incurra en medidas extremas como el uso de armas.
Y es que algunos han propuesto dispararle a las palomas, pero esto dañaría el techo y es peligroso para la población de la zona; otros proponen usar venenos, pero en la zona hay puestos de comida y en el mercado caminan niños todo el tiempo.
Unos más piden que se introduzcan ardillas, gatos o cualquier fauna que se alimente de las palomas o las ahuyente, pero esta medida podría ser contraproducente a mediano plazo; la opción más lógica sería la colocación de alguna malla para evitar que las palomas aniden.
Por ese motivo piden a la autoridad municipal a trabajar de manera conjunta con los locatarios para que entre ambas partes encuentren una solución eficaz a este problema, que no solo da mal aspecto al mercado, sino que es un problema de salud pública.
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