Aunque en el imaginario popular trabajar con una base en Pemex significa tener la vida resuelta, pues es sinónimo de empleo seguro, buena paga y acceso múltiples beneficios; la realidad es que el 60 por ciento de la plantilla actual de petroleros adscritos a la Sección 22 no cobra su salario al 100 por ciento.
De acuerdo a las estadísticas internas, de los dos mil petroleros de planta y cerca de 800 transitorios, unos mil 500 no alcanzan a cobrar su salario íntegro, principalmente porque tienen embargos judiciales derivados de asuntos familiares.
Además de los pagos de pensiones alimenticias y otras obligaciones legales, un amplio sector se encuentra pagando préstamos inmobiliarios, hipotecarios o de vehículos, algunos dependiendo el emisor, son cobrados vía nómina.
Hay que tomar en cuenta que de esos mil quinientos petroleros, la mitad se encuentra en una situación de crisis, llegando a haber casos de trabajadores que reciben 5 pesos de salario, e incluso hay quienes definitivamente no reciben un solo peso.
Esto los obliga a pedir prestado para cubrir las necesidades básicas de sus familias, además de buscar empleos complementarios en sus descansos, siendo muy difícil salir del círculo vicioso de los préstamos, lo que además se refleja en la calidad de vida de sus dependientes.
Los petroleros además de las cajas de ahorro y préstamos por parte del sindicato o la empresa, tienen acceso a múltiples créditos bancarios y automotrices, así como en tiendas departamentales, por lo que algunos terminan endeudándose al no controlar su gasto en comparación con su salario.
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