La escasez de agua se ha convertido en un problema crítico para diversos negocios en Agua Dulce, especialmente aquellos que dependen del uso constante del recurso hídrico para operar. Lavanderías y servicios de lavado de autos enfrentan una situación cada vez más insostenible.
Los niveles de los mantos freáticos están descendiendo a niveles históricos, una situación que ha llevado a que las bombas funcionen en seco y se quemen con mayor frecuencia. Este problema técnico no solo genera costos adicionales por reparación y reemplazo de equipos, sino que también interrumpe las operaciones diarias de los negocios, afectando sus ingresos y su capacidad de servir a los clientes.
La Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV) no puede proporcionar agua entubada de manera constante, y el suministro se limita a tandas, dejando a muchas empresas sin el recurso necesario para operar durante períodos prolongados.
Esta intermitencia en el suministro de agua ha obligado a algunos negocios a considerar la opción de adquirir pipas para rellenar sus aljibes y tinacos. Sin embargo, esta solución no es viable económicamente debido al alto consumo de agua que estos negocios requieren diariamente.
La crisis de agua en Agua Dulce subraya la necesidad urgente de medidas sostenibles y efectivas para gestionar los recursos hídricos. Es imperativo que se implementen soluciones a largo plazo que garanticen un suministro de agua confiable y continuo, tanto para los hogares como para los negocios que dependen de este recurso vital.
El problema es que la administración de CAEV ha sido errática desde hace varios años, primero con Fernando Catalán y ahora con Jesús Sansores Noverola como encargado, este último no tiene idea de como solucionar los problemas, pues a el no le afectan, ya que ni siquiera vive en Agua Dulce.
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