Desde 2015 a la fecha, Agua Dulce ha sido escenario de al menos nueve feminicidios, además de dos casos adicionales ocurridos en otros municipios pero que involucraron a mujeres originarias de esta localidad.
A pesar de la gravedad de estos crímenes, las autoridades no han tomado medidas contundentes para garantizar la seguridad de las mujeres en la región, y el municipio aún no ha sido incluido en la lista de localidades con Alerta de Género.
En enero de 2015, Cecilia Vázquez González, madre de dos niños, fue brutalmente asesinada por su pareja en su propio hogar. Aunque el agresor fue identificado, hasta la fecha sigue prófugo, lo que evidencia la ineficiencia de las autoridades para garantizar justicia.
Ese mismo año, en abril, la octogenaria Manuela Gil Castellanos fue encontrada sin vida en su hogar, con signos de violencia sexual. A pesar de la gravedad del crimen, las investigaciones no han logrado identificar al responsable.
El trágico 2015 cerró la cuenta con el caso de Karina Gómez García, mujer apuñalada mientras se dirigía a su trabajo. Aunque en un principio se intentó manejar el caso como un robo, sus familiares han exigido que se investigue desde la perspectiva de género, sin obtener respuesta alguna.
En mayo de 2016, Arcelia Ramírez Pérez desapareció durante tres días hasta que su cuerpo fue encontrado con signos de abuso sexual y un traumatismo craneoencefálico. Aunque la Policía Ministerial reunió pruebas suficientes para llevar al agresor a juicio, la Fiscalía desestimó el caso.
Otro caso que sacudió a la comunidad fue el de Sheila Moreno Sánchez, de 21 años, quien fue hallada muerta en el campo Narciso Mendoza en 2018. Hasta hoy, no hay detenidos ni avances significativos en la investigación.
En enero del 2019, Lorena González León fue asesinada en el interior de su vivienda junto a su esposo, sus hijos fueron testigos de la masacre relacionada con su actividad como lideresa sindical.
En marzo de 2019, Karla Berenice López Castañón y Ana Victoria Maldonado Gómez, ambas habitantes deTabasco, fueron localizadas ‘embolsadas’ en distintas fechas y ubicaciones, comparten que ninguno de los asesinatos ha sido resuelto.
En un contexto tan sombrío, el asesinato de Miriam, de 20 años, en el ejido La Gloria el 9 de diciembre del 2020, es uno de los pocos casos en los que se ha hecho justicia. Miriam fue asesinada por su suegro, Leonardo N.
Todo ocurrió por el machismo y la intransigencia de Leonardo, su esposa, su hijo y su nuera estaban comiendo normalmente, cuando la pareja comentó que se llevarían a su hijo a Agua Dulce, nieto de Leonardo, este pidió que lo dejaran unos días más, pero la madre se negó.
Entonces fue cuando increpó a su hijo por no tener autoridad sobre su esposa y se metió a su cuarto, aparentemente a buscar su arma, por lo que el hijo salió huyendo. Miriam se quedó y enfrentó a Leonardo, recibiendo dos disparos mortales en la cara.
Tras huir al estado de Quintana Roo, fue localizado, capturado y condenado a 55 años de prisión. Sin embargo, este caso es la excepción en una larga lista de crímenes que siguen sin resolver.
La violencia no se ha limitado a Agua Dulce. En febrero de 2021, Yahaira Cancino Cruz, de 26 años, fue encontrada muerta en Coatzacoalcos. Aunque se identificó al culpable, hasta ahora no ha habido condena.
En abril del mismo año, Juanita Ovando fue asesinada en Xalapa por su vecino, quien fue detenido pero aún no ha recibido sentencia a pesar de todas las pruebas existentes en el caso, la Fiscalía se ha mostrado sospechosamente lenta en el proceso.
A pesar de todo lo anterior, Agua Dulce no ha sido incluida en ningún programa de alerta de género. Las autoridades locales y estatales parecen indiferentes ante la violencia que afecta a las mujeres hidrómilas, mientras que la Fiscalía General del Estado (FGE) ha demostrado ser ineficaz en la resolución de estos casos.
Es urgente que las autoridades tomen medidas para proteger a las mujeres y garantizar que los responsables de estos crímenes sean llevados ante la justicia. La inacción y la indiferencia sólo perpetúan un ciclo de violencia y miedo en Agua Dulce.
En el libro ‘Guerracruz’, de la periodista hidrómila Violeta Santiago, hay una frase que enmarca el estado de alerta permanente en que el viven las mujeres veracruzanas: “Veracruz es peligroso si eres joven o niña, si eres mujer, si eres bonita, o todas juntas”, frase confirmada con decenas de testimonios que se volvieron cifras.
Año con año en el marco del Día Internacional de la Mujer, mujeres hidrómilas se han organizado por cuenta propia, sin ningún interés político o personal, para organizar una marcha de protesta y exigir justicia por las mujeres que fueron asesinadas y cuyos casos no han sido resueltos.
Cada año el movimiento crece, con la participación de mujeres de todas las edades, pero llama la atención la presencia de jovencitas y niñas, quienes están aprendiendo desde muy temprano que el mundo es peligroso cuando se es mujer, que la justicia es muy ciega y lenta, pero que deben defenderse con valentía y sobre todas las cosas, nunca dejar de gritar por las que no pueden hacerlo más.
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