Fue en febrero de este año cuando se reportó el comienzo de un incendio en el basurero municipal de Agua Dulce, un vertedero a cielo abierto ubicado en terrenos rentados a un costado de la carretera Villahermosa-Coatzacoalcos.
Han pasado cinco meses y constantemente el personal de bomberos municipales o de Protección Civil acuden a regar agua sobre los puntos donde el humo es más denso, con la esperanza de apagar el fuego que arde en el interior.
Como ocurre en este tipo de deflagraciones, el fuego se encuentra varios metros debajo de la superficie, en cavernas formadas por la propia basura donde se genera el fuego, alimentado por gases propios de la descomposición de la basura.
Ante el poco oxígeno -suficiente para seguir ardiendo- se generan grandes cantidades de humo, lo cual es un riesgo para la salud de los trabajadores y de la conductores de la carretera federal ubicada a unos cuantos metros, pues podría afectar la visibilidad en cualquier momento.
Las lluvias recientes aminoraron un poco el siniestro y parecía sofocad hasta hace unos días, cuando nuevamente volvió a arder, lo que provocó la movilización de las pipas de PC y bomberos, aunque se requieren mayores acciones y cantidades de agua para terminar de una vez por todas con el fuego.
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