En una jornada marcada por la emotividad, los habitantes de Agua Dulce y Las Choapas, popularmente conocidos como hidrómilos y choapenses, se dieron cita en los cementerios locales para conmemorar el Día del Padre.
Desde temprano, familias completas acudieron a los panteones para limpiar las tumbas de sus seres queridos y rendirles homenaje. En esta ocasión, no solo los padres fueron recordados. Abuelos, tíos y otros familiares que han fallecido también recibieron la visita de sus seres queridos.
Los visitantes aprovecharon el día para rememorar momentos compartidos y mantener vivas sus memorias. Aunque los cementerios presentaron un aspecto ordenado y mas o menos limpio, muchos sepulcros están en el abandono.
Sin embargo, la actividad comercial en los alrededores fue mínima, ya que las ventas de flores registraron bajas significativas. Los comerciantes reportaron pocas ventas, a pesar de los esfuerzos por ofrecer arreglos florales a precios accesibles.
Un detalle que llamó la atención fue la escasa presencia policial. En Las Choapas, la vigilancia fue poca, mientras que en Agua Dulce fue prácticamente inexistente. A pesar de esta falta de seguridad visible, la jornada transcurrió sin incidentes mayores.
Este Día del Padre fue, para muchos, una oportunidad de reconectar con las raíces y fortalecer los lazos familiares a través del recuerdo y el respeto a aquellos que ya no están presentes físicamente, pero cuyo legado perdura en los corazones de quienes los amaron.
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