Este jueves la población hidrómila afectada por los desbordes del arroyo Agua Dulce, anegaciones pluviales y desbordes de cuerpos de agua como pantanos, humedales y lagunas, iniciaron las labores de limpieza de sus hogares, con el temor de verse afectados nuevamente en los próximos días.
Aunque en estos momentos el arroyo se encontraba por debajo de los cuatro metros en la escala oficial, los pronósticos de lluvia para los siguientes días no son alentadores y aumentan el temor de sufrir una nueva contingencia.
Las colonias con reportes de hogares damnificados son Cuatro Caminos, Kilómetro Dos, Kilómetro Dos y Medio, El Palmar, Solidaridad, La Alborada, Nueva del Río, Benito Juárez, Díaz Ordaz, Puebla, Pajaral Centro, Lázaro Cárdenas, El Naranjal y El Muelle.
Además el miércoles una falla en la subestación provocó que el 70 por ciento de la ciudad quedara a oscuras por varias horas, siendo en la madrugada cuando se reactivo la energía eléctrica de manera paulatina.
La limpieza en los hogares es obligatoria, para evitar que el lodo apestoso que deja el arroyo en cada rincón se vuelva piedra, pero hay temor de una nueva afectación; en lo que va del año se han registrado tres desborde, el anterior a principios de septiembre y dos más en lo que va de octubre.
Además de los daños ocasionados por el desborde del arroyo y otros cuerpos de agua como pantanos y lagunas; decenas de calles fueron afectadas por la gran cantidad de lluvia que cayó en pocas horas, registrando anegaciones y daños en las viviendas vecinas.
Tal es el caso de la calle Zaragoza de la colonia Nueva del Río, donde el agua del afluente no afectó a pesar de su cercanía, pero un pantano si rebosó y el agua llegó hasta la calle, cuyo sistema de drenaje resultó rebasado.
La capacidad de las alcantarillas fue insuficiente para llevar el agua hasta su salida, pues esta se ubica justo en el arroyo Agua Dulce; el nivel elevado del arroyo impide que el agua tenga una salida y se regresa hacia la calle.
Vecinos lavaron parte de la calle y retiraron el lodo, con la esperanza de que pueda irse toda el agua estancada, pero los esfuerzos fueron en vano y permanece cerrada a la circulación a pesar de ser una importante ruta de evacuación.
En el mismo sentido se encuentran decenas de calles en varias colonias de la localidad, será necesario que el Vactor desazolve los drenajes, los cuales están rebosados de lodo arrastrado por la misma corriente.
Muy poca afluencia de damnificados se registró en los albergues instalados en varios puntos de la ciudad, los cuales permanecerán abiertos mientras haya riesgo de inundaciones y el afluente no regrese a sus límites normales.
Personal de Seguridad Pública municipal se encuentra a cargo del resguardo de los tres albergues instalados en zonas altas de la ciudad, como el Centro Cultural Manuel Sastré, la escuela primaria Cuauhtémoc y la primaria Josefa Ortiz.
En el caso del albergue de la colonia Benito Juárez, solo una persona llegó a resguardarse durante la noche y partió temprano por la mañana; la mayoría de los damnificados permanece en sus viviendas o con parientes y amigos.
En los albergues hay servicios básicos como sanitarios y regaderas, además de alimentos calientes para el desayuno, comida y cena; también se cuentan con camas individuales y cobertores para que puedan descansar.
Históricamente la población hidrómila afectada por las inundaciones no hace uso de los albergues, pues temen que les roben las pocas pertenencias que hayan puesto a salvo, por lo cual se quedan en la cercanía con vecinos ubicados en puntos más altos.
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