En la congregación de Tonalá, más de tres mil personas enfrentan una difícil situación debido a los apagones y al desabasto constante de energía eléctrica que afecta las actividades cotidianas de sus habitantes.
En promedio, los ciudadanos de Tonalá sufren entre tres y dos cortes de energía eléctrica al mes, pero los apagones pueden prolongarse durante varios días, en casos extremos, han pasado hasta siete días para que el servicio se restablezca.
Las consecuencias de esta situación han afectado severamente a la población, debido que no se garantiza la disponibilidad de alimentos frescos, la salud de los enfermos y la operación de negocios locales.
María Isabel Ortega, una reconocida comerciante en la zona, compartió con Imagen del Golfo su experiencia por los constantes apagones, donde detalló que la falta de electricidad ha provocado la pérdida de alimentos perecederos, especialmente como la carne roja y pescado.
Debido a los cortes de energía, la venta de hielo se ha vuelto imposible, ya que la comunidad carece de la capacidad para producir o vender este producto esencial.
La vida diaria se ha vuelto compleja, por ejemplo, para conciliar el sueño sin ventiladores, ni aires acondicionados, muchos se ven obligados a dormir al aire libre en sus patios y solo ingresan a sus hogares en las primeras horas de la mañana, cuando la temperatura es más tolerable.
Esta situación es aún más grave para las familias con miembros enfermos, ya que no pueden brindarles un ambiente adecuado o ventilado, incluso las medicinas, como las que requieren los diabéticos, deben ser refrigeradas, lo que resulta imposible por la falta de luz de forma constante.
Otro ejemplo de la magnitud del problema es la tienda de una cadena de comercio de abarrotes, el personal reveló que han tenido que recurrir al uso de una planta de luz durante una semana para iluminar sus lámparas y mantener en funcionamiento las cajas registradoras.
Los productos sensibles como lácteos y carnes frías se han visto afectados gravemente, al punto de que deben ser trasladados a otra sucursal ubicada en la ciudad de Agua Dulce.
Incluso la planta de luz, que requiere más de 40 litros de combustible, no es suficiente para mantener los refrigeradores funcionando de manera constante.
Los impactos económicos de esta situación también son evidentes, ya que, en ocho ocasiones, las cajas registradoras de la tienda han sufrido daños debido a los apagones, lo que ha resultado en reparaciones costosas.
Las ‘tarjetas madre’ de los equipos pueden variar dependiendo de su capacidad, ciclos y generación, pero una de estas tiene un valor en el mercado de hasta 8 mil pesos, las cuales han resultado quemadas por los cortes de energía, lo que afecta la operación diaria del negocio.
La difícil situación que enfrenta los habitantes en Tonalá es derivada al pésimo servicio que reciben de la CFE, que a pesar que desde hace varios meses han solicitado el restablecimiento del servicio de manera permanente, esto aún no ocurre.
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