Doña Regina Rodriguez Carrisosa no cabía de la emoción de saber que tras más de dos décadas de no hacerlo, volvería a pasar un tren de pasajeros por Medias Aguas y más aun, con la presencia del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.
Y es que, como ella misma lo dice, por su cuerpo corre sangre de ferrocarrilera y no solo porque su padre haya trabajado en Ferrocarriles Nacionales de México, si no porque nació en un campamento ferrocarrilero y cursó los primeros tres años de la primaria, entre vagones escuela.
La mayor parte de su niñez la pasó viajando por diversos estados de la república junto con sus padres Hilario Rodriguez Velásquez y Adela Carrisona López y por eso, los seis hermanos que tuvo, son nacidos en varias partes del país.
Doña Regina Rodriguez, actualmente divorciada y con un hijo; nació en el estado de Puebla el 7 de septiembre de 1971, dentro de un campamento ferrocarrilero. Sus hermanos nacieron en Coahuila, Puebla, Xalapa, Ojapa y en Reforma, Pineda, Oaxaca. Sus padres se conocieron en el municipio poblado de Atlxco.
Don Hilario Rodriguez trabajo desde jovencito, a los 16 años en el sistema ferroviario hasta convertirse en jefe de cuadrilla y mayordomo, dentro de la sección que opera en Matías Romero, Oaxaca y que alcanza la jurisdicción de Medias Aguas.
Hace 41 años, don Hilario y doña Adela, dejaron de seguir su vida migrante y vivir en casas campamento, que eran vagones que compartían con dos familias y aunque incómodo, dice doña Regina, por nada cambiaría esa vida viajera.
"Difícil, pero muy bonita, una infancia muy hermosa. No me arrepiento haber nacido ahí, crecido ahí. Era un poco incómodo por las escuelas porque no había, traíamos un carro escuela pero solo había hasta el tercer año, ya para quinto y sexto, teníamos que buscar dónde quedarnos para estudiar” comentó a Imagen del Golfo, mientras sufría el intenso calor que se sentía este domingo en Medias Aguas, durante la espera del ejecutivo federal que realizó un viaje de prueba desde Salina Cruz, Oaxaca hasta Coatzacoalcos Veracruz.
Ella y sus hermanas, dijo, fueron bautizadas como las cuadrilleras por vivir siempre, entre las cuadrillas de trabajadores ferrocarrileros.
Su papá fue jubilado por una enfermedad de Parkinson y desde hace 41 años, residen en Medias Aguas, donde compraron un terreno y edificaron una casa. Todos los hijos de don Hilario y doña Adela, migraron hacia la frontera del país en busca de trabajo en cuanto alcanzaron la mayoría de edad y desde entonces, viven fuera de Medias Aguas, excepto doña Regina y uno de sus hermanos, que tuvieron que regresar para cuidar a su madre, quien estaba enfermeda.
Ella y alrededor de 250 personas estuvieron esperando largas y calurosas horas la llegada del presidente de la república, que por tercera vez dentro de su mandato, visitaba Medias Aguas y cuando se dio, doña Regina gritaba y saltaba de alegría.
“Es como un sueño hecho realidad, como cuando usted anhela algo muy apreciable, estoy muy emocionada porque el tren vuelva a pasar por Medias Aguas, porque prácticamente el motor de este pueblo era el ir y venir de las señoras del Istmo, que venían con totopo, camarón, queso, mantequilla, pan, bollo” dijo entusiasta.
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