Comerciantes establecidos en La Plaza de la Juventud de Nanchital, hacen público las afectaciones que generan los muros levantados frente a los comedores, ya que estos se han convertido en el baño público de los parroquianos.
Con los intensos calores, las personas que llegan a consumir alimentos en estos puestos, se han quejado de los fétidos olores de orina, para evitar que sus clientes dejen de consumir, con agua, jabón y color lavan el piso donde hay orina estancada.
Las estructuras que fueron levantadas supuestamente mejorar la imagen del espacio público, son el dolor de cabeza de los comerciantes y los trabajadores de las oficinas de reclutamiento de Bienestar, porque las estructuras de concreto facilitan que las personas en estado etílico tengan una opción para realizar sus necesidades fisiológicas.
"A diario estamos afrontando este problema, quienes en la noche se reúnen para convivir se hacen pipí aquí y luego dejan hasta papel de baño tirado, no es la primera vez, ya lo dimos a conocer a las autoridades, pero no han hecho nada, no entendemos por qué se desatienden cobran permisos, licencia, exigen estar al corriente y como vendedores no tenemos el respaldo del gobierno municipal", comentaron los inconformes.
Por otra parte, el grupo de quejosos, solicitaron a los elementos de la policía municipal redoblar la vigilancia, y en caso de detectar a ciudadanos realizando sus necesidades fisiológicas en la vía pública, sancionarlo por incurrir en una falta administrativa.
Antes de finalizar, los vendedores recalcaron que en La Plaza de la Juventud se cuenta con baños públicos y deben de asignar a una persona estar a cargo del cobro para que dejen de utilizar los puestos como baños.
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