Moloacán es uno de los municipios de la región que cuenta con rastro municipal, por lo que en cada sacrificio de semovientes vigilan estos estén libres de alguna enfermedad.
Es el médico veterinario Pedro Porras Valdovinos quien se encarga de llevar a cabo la revisión minuciosa de ganglios en las cabezas y viseras de las reses, para corroborar que estos no estén enfermos de tuberculosis, brucelosis o algún parásito.
Explicó que hasta el momento no se ha detectado alguna enfermedad como tuberculosis o brucelosis, sin embargo, al detectar algún parásito, las partes del animal afectadas son incineradas para evitar que lleguen a los tablajeros y posteriormente al consumo de las personas.
Porras Valdovinos, dijo que existe la seguridad que la carne que llega a las mesas de las familias están libre de enfermedades, por lo que su consumo no representa ningún peligro.
Expuso que uno de los temas muy preocupantes es el uso de químicos como el clembuterol, el cual acelera el crecimiento de los animales, sin embargo, los semovientes que ingresan al rastro para sacrificio son de potrero, es decir estos alimentados principalmente de pasto.
“Se busca que sea mejor el manejo del rastro que se organice mejor la cuestión sanitaria, para que legue un producto de mejor calidad a la población”, dijo.
Por otro lado, indicó que en trabajo conjunto con las autoridades municipales se llevarán a cabo labores pertinentes para mejorar el estado del rastro, lo cual aumente las medidas de higiene del lugar.
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