Mientras que el asesinato del profesor Miguel Ángel Santiago Ramírez sigue impune, amigos, compañeros y familiares procedían a despedirse en medio de un sentido velorio.
El féretro del “profe Miguel” como era ampliamente conocido, fue llevado a las instalaciones de su entrañable escuela primaria “Heriberto Jara” de la colonia El Naranjito, edificio en el que impartía el primer grado.
Después de esto, el cuerpo fue trasladado a su vivienda conocida en la colonia Luis Donaldo Colosio, siendo recibido en su morada.
Hasta la mañana de este lunes, se ignoraba el paradero del delincuente que el domingo asesinó a sangre fría al profesor.
Los datos recabados en la escena indican que Miguel Ángel llegaba a una sucursal de las tiendas Oxxo, en la esquina de Emiliano Zapata y Carrillo Puerto de la colonia Insurgentes Sur.
El profesionista bajó de su automóvil e intentó ingresar al negocio, siendo interceptado por solitario ladrón, protegido con un impermeable amarillo que lo cubría de pies a cabeza.
Con base a una vídeo grabación a la que se tuvo acceso, se confirmó que el homicida asaltó en primera instancia a empleados de la tienda; al salir, se encontró con Miguel Ángel, cruzando unas palabras e hiriéndolo de muerte.
Se observa en las imágenes que moribundo, pudo dar unos pasos, cayendo de inmediato sobre la banqueta en la puerta del Oxxo, lugar que fue rodeado por elementos preventivos y ministeriales que acordonaron el área bajo una intensa lluvia por resultado del frente frío número seis; el criminal tuvo el tiempo de alejarse a pie sin que nadie tuviera rastro de él.
En medio de la huida, el hoy prófugo de la justicia robó con violencia un teléfono celular a un vecino cuando caminaba en calle Carrillo Puerto, a unos metros de la escena del crimen en el que yacía tendido el cuerpo.
Testigos que dieron seguimiento a la persona confirmaron que sobre la calle Independencia de la colonia 16 de septiembre, el sujeto abordó un camión urbano después de consumar los delitos referidos.
Los restos del “profe Miguel” fueron identificados y reclamados por los familiares, noticia que de manera inmediata conmocionó al mundo de la docencia al confirmarse el crimen del integrante de la escuela “Heriberto”, instituto educativo que emitió sus condolencias a las pocas horas del hecho.
Hasta el cierre de la edición era un misterio el paradero del delincuente, quedando hoy el llanto de sus seres queridos, y de generaciones completas a las que guió en el camino de la formación primaria.
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