José Luis de 42 años, estuvo dos meses viviendo en las calles de Tapachula, Chiapas, en espera que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), le diera el estatus de refugiado y tuviera un documento que le permitiera viajar en territorio mexicano.
Electricista de oficio, estuvo todo este tiempo con su esposa y su hija de 8 años, cuando les dieron la identificación, les permitió continuar viajando con rumbo a Coahuila, donde tienen a un pariente, que les daría alojamiento y alimentos.
Venían huyendo de la amenaza de muerte de un integrante de la Mara 18 en San Pedro Sul, Honduras, que les dio 24 horas para salir de su país o de lo contrario les darían para “abajo” a toda la familia.
Sin embargo, el destino sólo les permitió llegar hasta Coatzacoalcos, ahí en un retén, un elemento de migración, los bajó del autobús y los envió hasta la Estación Migratoria Acayucan (EMA) donde quedaron por dos días, pese a que comprobaron con documentos, su estancia legal.
José Luis, logró salir el día de hoy domingo, en espera de que su esposa y su hija, logren salir de la EMA, que a decir del entrevistado, están hacinados, no usan cubreboca, no hay ropa de cama, no hay colchones, están en una precariedad terrible.
José Luis, pide sea ayudado por un abogado o alguien de Derechos Humanos, para que sea atendido su caso.
Teme que su mujer sea deportada, así como la niña de 8 años, pues en Honduras su vida corre peligro, en las últimas noches ha dormido en la calle; ahora solo quiere que su hija y su mujer en estén bien.
El caso fue dado a conocer públicamente q fin de que las autoridades sean empaticos.
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