Este es el huracán más mortífero en la historia de México; dejó más de mil muertos

La temporada de huracanes del 2024 ha dado inicio con el surgimiento de Beryl el cual en días pasados alcanzó la categoría 5, el cual está siendo calificado con vientos “potencialmente peligrosos”, por lo que ha alertado a las autoridades de México por su posible llegada a territorio mexicano desde la península de Yucatán y el suroeste del Golfo de México e impactar el estado de Veracruz y Tamaulipas.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) advirtió sobre los “vientos potencialmente mortales” que Beryl podría traer al Caribe. Sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México aseguró que, por el momento, el huracán no representa un peligro directo para las costas mexicanas.

Pese a ello, Beryl ha generado preocupación entre la población mexicana, especialmente tras el reciente recuerdo del huracán 'Otis', que golpeó Acapulco, Guerrero, como categoría 5 el pasado 24 de octubre, resultando en al menos 51 muertes según datos oficiales y que ha hecho que muchos se cuestionen si Otis ha sido el más mortal de la historia del país o si Beryl lo será.

El Huracán Más Mortal y Destructivo en la Historia de México

Pese a la letalidad de Otis, éste no ha sido el huracán más devastador y mortal en la historia de México ya que el que se lleva ese título ocurrió en 1959. Dicho huracán, que no fue nombrado como tal, azotó las costas de Colima entre el 26 y 27 de octubre de ese año, dejando más de 1,500 muertos, de acuerdo con informes locales.

El huracán se intensificó a categoría 3 el 25 de octubre de 1959 y alcanzó la categoría 4 al día siguiente. Entre la noche del 26 y la madrugada del 27, tocó tierra cerca de Manzanillo, Colima. Algunas estimaciones extraoficiales sugieren que el número de fallecidos podría haber superado los 1,800, lo que lo convertiría en el huracán más mortal en la historia reciente del país.

Además de las pérdidas humanas, causó el hundimiento de 150 embarcaciones y la destrucción de numerosas viviendas en Colima y Jalisco, lo que dificultó la entrega de ayuda. Los daños económicos se estimaron en al menos 280 millones de dólares.