De cara al invierno, el gobierno del Reino Unido se alista para un escenario casi sin precedentes: la escasez de gas, combinado con el clima gélido podría causar una serie de apagones no solo en el área industrial, sino también en los hogares.
El "peor escenario razonable" perfila que podría enfrentarse un déficit en la capacidad de producción eléctrica de cerca de una sexta parte de la demanda máxima, aún y si se activaran las plantas de carbón de emergencia, indicaron a medios internacionales fuentes familiarizadas con el manejo de crisis al interior del gobierno británico.
Se espera que las temperaturas sean extremas durante el próximo invierno, lo que sumado a la menor exportación de gas desde Francia y Noruega harían que el gobierno optara por tomar medidas de emergencia durante varios días, posiblemente a principios de enero. Por ahora, las autoridades no han emitido alguna postura oficial.
Todo este escenario ocurre mientras aún no se define a quien será el o la próxima primer ministro, y frente a una reducción del suministro de gas desde el continente europeo en parte por la situación que se vive con Rusia.
Las facturas de energía podrías subir más si se llegasen a cumplir estos escenarios, y podrían alcanzar hasta las 4,200 libras durante el primer mes de 2023.
La situación se complica más si se toma en cuenta que Noruega, uno de los principales exportadores de gas a la isla británica, podría limitar sus envíos durante el invierno para evitar escasez en el país. Además, en el caso de la energía nuclear proveniente de las plantas en Francia, donde menos de la mitad de los reactores están funcionando, y las reparaciones aún están lejos de terminar.
Queda en el aire lo que este escenario pueda causar en el ámbito político tan volátil que aún se mantiene en el Reino Unido.
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