La Guardia Costera de EE UU ha informado esta madrugada de que un avión canadiense que participa en la búsqueda del sumergible desaparecido Titan, con cinco personas a bordo, han detectado “ruidos submarinos”. El aparato comenzó su descenso el domingo para realizar una excursión para visitar los restos del transatlántico Titanic, hundido en 1912 a 3.800 metros de profundidad a más de 600 kilómetros de Terranova, pero poco después se le perdió la pista. El tiempo juega en contra de las operaciones de rescate, ya que se estima que la reserva de aire en el interior del batiscafo se agotará el jueves.
Los ruidos detectados han llevado a los equipos de búsqueda, en los que participan varios países, a reubicar las operaciones bajo el agua “en un intento de explorar el origen de los sonidos”, según ha explicado la Guardia Costera en una serie de tuits publicados a primera hora de este miércoles.
La Guardia Costera no ha facilitado más detalles sobre la naturaleza o el alcance de los sonidos, ni cómo fueron recogidos, aunque varios medios estadounidenses han revelado que los ruidos fueron detectados por aviones canadienses a intervalos de 30 minutos.
Operado por la empresa estadounidense OceanGate Expeditions, fue construido para permanecer bajo el agua 96 horas. El domingo, empezó el descenso con cinco pasajeros, pero perdió la comunicación con la superficie después de dos horas de inmersión. A bordo, viajaban el multimillonario y explorador británico Hamish Harding, de 58 años, presidente de la empresa de aviación Action Aviation; el experimentado explorador francés Paul Henry Nargeolet, de 73 años, que ha dirigido media docena de expediciones al Titanic; el paquistaní Shazada Dawood, administrador de una organización sin ánimo de lucro con sede en California y ciudadano británico, y su hijo Suleman, y Stockton Rush, el responsable de OceanGate. El coste de la expedición turística ronda los 250.000 dólares por persona.
Aviones estadounidenses y canadienses, así como un buque dotado de un sumergible de aguas profundas, siguen rastreando la zona de la desaparición, más de 7.600 millas cuadradas de mar abierto. Se espera que más embarcaciones lleguen en las próximas horas, entre ellas el buque Atalante enviado por el Gobierno francés, igualmente dotado con un robot submarino capaz de exploraciones a gran profundidad.
Canadá está enviando embarcaciones adicionales para ayudar con la búsqueda, dijo el martes por la tarde el Departamento de Defensa Nacional, según reportes del New York Times.
Un barco de la Marina Real Canadiense equipado con una cámara de recompresión hiperbárica, utilizada para tratar enfermedades relacionadas con el buceo, y un equipo de medicina de buceo se dirigen al lugar, junto con un barco adicional de la Guardia Costera canadiense que está a punto de llegar más tarde hoy.
Una fuente real dijo a NBC News que el rey Carlos III "se le ha pedido que se mantenga actualizado, y sus pensamientos y oraciones están con las familias y todos los involucrados en la operación de rescate".
Dos de los pasajeros que están en el sumergible, Shahzada Dawood, de 48 años, y su hijo Suleman, de 19, son ciudadanos británicos.
Según el Capitán de la Armada retirado Ray Scott "Chip" McCord, si los equipos de búsqueda localizan el sumergible perdido en las profundidades del océano, las autoridades enfrentarán una misión muy compleja para recuperar la nave y los sobrevivientes.
McCord dijo a CNN que las naves navales sofisticadas podrían llegar a los restos del Titanic a un ritmo de unos 1,000 pies por hora. A más de 12,000 pies bajo el nivel del mar, bucear y salir a la superficie podría tomar un día completo.
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