De esta forma eligen sus nombres los papas tras ser elegidos en el conclave

Tras la elección de un nuevo Papa en el cónclave, uno de los primeros actos simbólicos que realiza el pontífice es la elección de su nombre papal. Este nombre no solo lo identificará durante su pontificado, sino que también puede reflejar sus intenciones, valores y la dirección espiritual que desea imprimir a su liderazgo.

Libertad en la elección

Según las normas del Vaticano, el nuevo Papa tiene la libertad de elegir el nombre con el que será conocido. Esta elección suele basarse en:

• Nombres de Papas anteriores: Muchos optan por nombres de pontífices que admiran o cuyos legados desean continuar.

• Santos de devoción personal: Algunos eligen el nombre de un santo que haya influido profundamente en su vida espiritual.

• Versión latinizada de su propio nombre: En casos menos comunes, se adopta una variante de su nombre de nacimiento.

Por ejemplo, Jorge Mario Bergoglio eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, reflejando su deseo de una Iglesia humilde y cercana a los pobres. Por su parte, Joseph Ratzinger adoptó el nombre de Benedicto XVI en homenaje al Papa Benedicto XV y a San Benito de Nursia, patrón de Europa.

Orígenes de la tradición

La práctica de cambiar de nombre al asumir el papado se remonta al siglo VI, cuando el Papa Juan II decidió no conservar su nombre de nacimiento, Mercurio, por considerarlo inapropiado debido a su origen pagano.

Desde entonces, la mayoría de los pontífices han seguido esta tradición, aunque hubo excepciones como Adriano VI y Marcelo II, quienes mantuvieron sus nombres originales.

Nombres más comunes y evitados

A lo largo de la historia, algunos nombres han sido recurrentes entre los Papas:

• Juan: 23 veces

• Gregorio: 16 veces

• Benedicto: 16 veces

• Clemente: 14 veces

Sin embargo, ningún Papa ha adoptado el nombre de Pedro, en honor al primer Papa, San Pedro, como muestra de respeto y singularidad hacia el apóstol.

La elección del nombre papal es, por tanto, un acto cargado de significado, que ofrece una visión anticipada del enfoque y prioridades que el nuevo líder de la Iglesia Católica pretende seguir durante su pontificado.