Varias personas han fallecido y miles de miembros de Hezbolá han resultado lesionados este martes en el sur del Líbano y en las inmediaciones de la capital, en el suburbio Dahiye, en Beirut, al explotar los dispositivos de mensajería, conocidos como bíper, o pager, tras recibir avisos, de acuerdo con información de Reuters, además de que confirmaron que los responsables son de la seguridad de Líbano. Estos aparatos son pequeños receptores que reciben un mensaje cuando sus dueños son requeridos por las personas que quieren contactar con ellos y no dependen de una red móvil, motivo por el cual son usados en conflictos bélicos, además de por organizaciones clandestinas para impedir que sean intervenidos.
En los ataques a distancia, fue herido el embajador iraní Mojtaba Amani, informó el medio Mehr. De acuerdo con fuentes de seguridad libanesas, el atentado podría ser obra de Israel, además de que creen que ha sido posible debido a la interferencia de los sistemas de comunicación individuales, pero no han detallado el procedimiento que usaron.
Las mismas fuentes detallaron que, antes de las explosiones, los dispositivos recibieron un aviso de mensaje que se mantuvo por varios segundos para asegurar que el destinatario consultara el contenido. Por su parte, los miembros de Hezbolá calificaron el ataque como la “mayor violación de seguridad” de la que han sido blanco desde el inicio de la guerra en la zona.
Así pues, Marc Rivero, jefe de investigación de la empresa de seguridad Kapersky, expuso que el ataque es posible y que, si bien las baterías de los dispositivos electrónicos pueden ocasionar daños, las explosiones fueron considerables, por lo que cree que la teoría más lógica se trata de “un ataque a la cadena de suministro”. En ese aspecto detalla que: “Se puede haber manipulado el dispositivo en origen, antes de su distribución entre los usuarios, y haber introducido algún tipo de carga explosiva que, mediante una programación específica y a distancia, dé lugar a explosiones”.
Esta sería la explicación más plausible en contraste con los daños ocasionados, ya que las explosiones de baterías de dispositivos tan pequeños tienen un bajo potencial dañino, agregó el especialista.
De esta manera, según la hipótesis de Rivero, primero habrían introducido explosivos al interior de los bipers y los programaron para que explotaran mediante un código intencionado o en un determinado momento. Ambas teorías son probables, ya que las víctimas señalaron haber recibido una llamada antes de las explosiones, y todas se produjeron en cadena.
David Marugán, consultor, especializado en seguridad y radiocomunicaciones, también apunta a la posibilidad de una manipulación física previa de los dispositivos, ya que “los daños observados son muy importantes y parecen, a simple vista, un poco diferentes a los causados por baterías de litio. En ningún caso son posibles si las pilas son alcalinas, como las que llevan los mensáfonos antiguos, por ejemplo”.
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