El entierro de uno de los ciudadanos del municipio de Rafael Delgado que falleció por la ingesta de alcohol adulterado fue motivo de una gresca, pues pobladores de Tlilapan que acompañaban el sepelio se negaron a respetar las indicaciones de policías y personal del ayuntamiento.
El problema se originó cuando dos de los tres entierros de personas que murieron por esa causa coincidieron el sábado y los que llegaron en segundo lugar no quisieron esperar e irrumpieron de forma violenta.
Por el protocolo de la pandemia, en el municipio únicamente se deja entrar a 20 personas, las cuales deben guardar su sana distancia.
Para cuidar que se cumpliera con las medidas preventivas, en el lugar se encontraba la directora de Salud municipal, el auxiliar de Comercio, la titular de Protección Civil y el segundo comandante de la policía.
Tras el ingreso del primer difunto y sus deudos, la reja del cementerio se cerró, pero en eso llegó el cortejo fúnebre de otro de ellos, cuyos integrantes se molestaron y exigieron a los funcionarios les permitieran el paso.
Pese a que les explicaron que por motivos de la pandemia se tenían que esperar, esa gente, entre la cual venían pobladores de Tlilapan, se molestó y arremetió contra los funcionarios a golpes e incluso intentaron quitarle el arma al segundo comandante, por lo que finalmente los funcionarios se retiraron y dejaron que esas personas ingresaran.
Se conoció que el personal fue revisado y atendido por el médico y por fortuna solo presentan golpes y rasguñones sin ninguna lesión de consideración.
Sobre este tema, la alcaldesa Isidora Antonio Ramos señaló que los responsables deberán ser castigados pues los empleados del ayuntamiento solo trataban de proteger a las personas por el COVID-19, por lo que se espera que se proceda con alguna denuncia.
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