Con los ojos inundados en lágrimas, Alizeth Saravi Hernández narra el calvario que significa padecer la enfermedad de Lupus; tiene que dormir sentada y ya no puede salir siquiera a tomar el aire fresco y correr un poco, porque los efectos de la enfermedad comienzan a manifestarse en su piel.
La enfermedad le fue detectada en marzo de 2021. Luego de varias pruebas y la sospecha de que se trataba del virus SARS CoV-2, los médicos determinaron que era el padecimiento Lupus Eritematoso Sistémico.
“Hay veces que ni siquiera puedo respirar porque me duele mi pecho, para bostezar también me duele, para caminar me agito mucho, mis manos las tengo siempre hinchadas, para dormir tengo que dormir sentada, ya ni siquiera puedo salir ni a correr ni nada porque se me hacen manchas o se me hace la mariposita (en la cara); la verdad este sentimiento no se lo deseo a nadie”, explica con dolor.
Desde que fue diagnosticada era atendida en el hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, en la ciudad de México; sin embargo, tras el fallecimiento del padre de familia, el hospital suspendió la atención.
Su tratamiento consta de quimioterapias que ascienden a los seis mil pesos y medicamentos que superan los mil 500; para reunir esos fondos la señora Jazmín, madre de Alizeth, debe organizar rifas y preparar tamales para vender.
“Pedimos el apoyo porque su tratamiento es a base de inmunosupresores y a base de quimioterapias; un frasco de quimioterapia nos está saliendo aproximadamente en seis mil pesos, sus medicamentos en más de mil 500 cada frasco”.
La pequeña tiene padecimientos en varios de sus órganos a consecuencia del Lupus, que provoca inflamación y daños en órganos, tejidos y articulaciones y se caracteriza por ser muy doloroso; los órganos más afectados son el corazón, los pulmones, los riñones y el cerebro.
“Hay una afectación en el pulmón como en el corazón, tiene un derrame pericárdico, ella sus tratamientos los estaba llevando en el hospital 20 de Noviembre del ISSSTE en México, pero a raíz de que mi esposo falleció nos suspendieron el servicio”.
Tomar clases para Alizeth es extremadamente complicado. Sus articulaciones en las manos le impiden escribir con fluidez y tomar apuntes, por lo que se llega a atrasar, sin embargo los docentes se han mostrado compresivos.
“Los profesores me están dando el apoyo porque casi no puedo escribir, me dicen que poco a poquito voy a escribir”.
La señora Jazmín tiene otros dos hijos, una menor de siete años de edad que padece epilepsia y diabetes, y uno de 10; no cuenta con el respaldo de nadie y pide el apoyo de la población, el número de contacto de la señora es 228 354 6967.
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