Hace algunos días, a través de los medios supe de la petición que hacía un enfermo terminal a sus familiares, para no recibir tratamientos contra el cáncer, debido al grave sufrimiento que tales infusiones le provocaban. En esta ocación considere necesario tocar un tema relacionado con ello, en específico trataré de explicar el significado de la ortotanasia. Como tal, esta constituye un medio legítimo que brinda al enfermo el derecho a morir humanamente, sin contravenir los principios propios de su fe.
Veamos la ortotanasia y eutanasia pasiva Resulta ser el antídoto contra el veneno que constituye la distanasia, que tiene como esencia el encarnizamiento terapeutico y el atentar contra la vida del paciente. La ortotanasia propone como recurso las medidas que se depositan principalmente en los cuidados paliativos, la ortotanasia logra equilibrar el conflicto de los dos valores a los que nos hemos referido: el respeto al derecho de la vida humana y la exigencia ética de una muerte digna.
Para ello, la ortotanasia debe de cubrir las siguientes expectativas;
A). - atención al moribundo, con todos los medios que posee actualmente la ciencia médica para aliviar su dolor y prolongar la vida humana.
B ). - no privar al moribundo del morir "en cuanto acción personal", el morir es la suprema acción del hombre.
C). - liberar a la muerte del ocultamiento a que es sometida en la sociedad actual, la muerte es encerrada actualmente en la clandestinidad.
D). - organizar un servicio hospitalario adecuado.
E). - favorecer la vivencia del Misterio-humano religioso de la muerte: la asistencia religiosa cobra en tales circunstancias un relieve especial.
F). - pertenecen al contenido "del derecho a morir humanamente" el proporcionar al moribundo todos los medios oportunos para calmar el dolor, aunque este tipo de terapia suponga una abreviación de la vida y suma al moribundo de un estado de inconsciencia. Sin embargo no se le puede privar al moribundo de la posibilidad de asumir su propia muerte, de hacerse la pregunta radical de su existencia, de la libertad de optar por vivir lúcidamente aunque con dolores.
Pongamos como ejemplo, el caso en el que una persona decide dejar de recibir quimioterapias, después de que éstas han prolongando el sufrimiento más allá de lo humanamente soportable y paliar a través del suministro de drogas los dolores que este mal le pueda ocasionar.
Así pues la ortotanasia le rinde culto a la vida a la naturaleza y protege la dignidad humana que debe considerarse inviolable, consiste en dejar morir, a diferencia de la eutanasia activa que le rinde culto a la muerte y que tiene como fin prioritario terminar con la vida del enfermo, "hacer morir". Debe quedar exento de toda duda, el hecho de que renunciar a los tratamientos extraordinarios o desproporcionados constituye un acto debido en pro de la vida y no de la muerte, empecinarse en practicarlos es atentar contra la vida, la naturaleza, pues esta marca el final de la existencia del enfermo y no los caprichos y las prácticas perversas que en ocasiones se dan en la medicina.
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