A continuación, sigo informando sobre mis vivencias en la hoy Colonia Puerto México de esta ciudad y puerto de Coatzacoalcos. Allà por la década de los 60s.
El objeto de trasladar las vacas al rancho de don Prócoro Alor, era para que convivieran con otras reses en el gran corral de ese rancho, para que las bañaran con garrapaticida o, para que a su vez se aparearan por si alguna quería hacerlo y/o para que tomaran agua, en la gran laguna que se ubicaba por las actuales calles Chihuahua esquina con México de la colonia Petrolera.
Sector que actualmente se inunda cada vez que llueve con intensidad, a su vez, para que comieran la vegetación que era muy abundante por ese lugar.
En ese tiempo inicio de los años 60s todavía no existía la Colonia Prócoro Alor, solo existían unas cuantas casas de lámina y madera o de palma, donde la mayoría estaban habitadas por la gran familia de don Prócoro o Proculo como le decían algunos vaqueros colegas.
Asimismo, cabe destacar, que don Prócoro era una persona mayor, que recuerdo tenía varios hijos, nietos e hijas guapas, por cierto, una de ellas me desenterró una espina de palma de coyol, de la mano, árboles que había por doquier.
En tal sentido, el panorama permitía observar un paisaje semi selvático, con variedad de árboles frutales, de ornato, así como, plantas medicinales, zacatales. Así como dunas enmontadas.
Por cierto, en ocasiones llevaba el ganado hasta arriba, por donde pasaba la carretera antigua a Minatitlán. Hasta cerca donde estaba el basurero municipal y nos regresábamos por otra estrecha y empinada bajada.
Asimismo, recuerdo que aunque lejos, me gustaba ir a ese rancho porque el Balin (caballo), no se amachaba, además porque veía y/o platicaba con alguna hija de don Prócoro, mientras esperaba bañaran las reses….
“La alegría de ver y entender es el más perfecto don de la naturaleza” (Albert Einstein)
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