¿Cómo está usted?
Afectuosamente lo invito a nuestras reuniones Dominicales a las 11.30 en la Iglesia Cristiana Bíblica AGAPE ubicada en La Llave 1002 casi esquina con Aldama.
Hace unos días se publicó el caso de un hombre que hospedó a un desconocido que se ganó su confianza. No obstante cierta noche en que dormía, ése huésped lo atacó salvajemente robándole sus pertenencias dejándolo al borde de la muerte.
¡Vaya situación desesperada! ¡Sin duda que si hubiera sabido la clase de persona a la que le estaba dando alojamiento jamás lo hubiera aceptado!
¿No cree usted?
Permítame aplicar ésto desde un punto de vista clínico:
¿Sabe que dentro de usted existen infinidad de huéspedes indeseables que le están haciendo daño lentamente y que si no toma medidas drásticas pueden llevarlo a la muerte?
Me refiero a ciertos parásitos intestinales como la amebas, tricocéfalos, giardias y un sin fin de microorganismos que sin que usted lo note se están alimentado de usted y repito, pueden llevarlo a la tumba.
Ahora deseo enfocar ésto desde un punto de vista espiritual que es el más delicado y es al que me dedico como Pastor Cristiano: dentro de nosotros los seres humanos habitan ciertos enemigos mortales y despiadados que nos hacen un daño letal y que paulatinamente nos debilitan, hieren, degradan y si no se remedian a tiempo pueden llevarnos a una muerte inimaginablemente peor.
Dios les llama “deseos concupiscentes” que nos conducen a la realización de hechos nocivos a los que llama por su verdadero y nada grato nombre de “pecados” que se introdujeron en nosotros y ahí se anidaron para nuestra destrucción.
Nuestro Hno. El Apóstol Pedro dijo así: “Les ruego que se abstengan de los deseos carnales que combaten contra sus almas” (I de Pedro 2:11).
Esto es algo muy claro y lo dividimos en dos puntos:
El primero es “Absténganse de los deseos carnales” y el segundo “Que combaten contra sus almas”.
¡Hasta un njño puede entender qué quiso decirnos El Apóstol amado!
El Apóstol Pablo, el más grande Cristiano de todos los tiempos, era consagrado a Dios como nadie pero cada día tenía una guerra personal contra ésos deseos carnales y tristemente reconoció que el bien que quería hacer no lo hacía y lo malo que no quería hacer éso hacía y, totalmente desalentado llegó a ésta conclusión: ¡El mal está dentro de mí!” (Romanos 7:14-23)
No lo conozco, mi amable lector, pero ¿Acaso no le pasa lo mismo?
Estoy seguro que tiene luchas contra acciones que no quiere realizar y por más esfuerzos que intenta siempre es vencido.
En cambio existen obras buenas que desea realizar y por más que quiere sólo se quedan en buenos propósitos.
¿No es cierto?
La respuesta es la misma: ¡El mal está dentro de usted!
Sé que después de cometer actos que no deseaba se siente mal, llora, se llena de tristeza, remordimiento y coraje pero al día siguiente frustrantemente vuelve a lo mismo.
En mis 44 años como Pastor Cristiano he platicado con incontables personas que desconsolados y afligidos al extremo me han dicho lo mismo.
Por más esfuerzos que realizan, por más castigos, heridas, despidos, divorcios, enfermedades y cárceles no pueden vencer y ni siquiera sus religiones pueden ayudarlos.
Esos “deseos carnales combaten contra nuestras almas” y eso es lo peor, mi amigo y amiga: nuestros pecados nos llevarán, como huéspedes indeseables, no sólo a la tumba sino a la Condenación Eterna pues “El castigo del pecado es muerte” (Romanos 6:23)
Si ya se cansó de ésa situación y de sus demoledoras, inútiles y frustrantes luchas diarias, si ya probó de todo, hasta la brujería y su religión y nada le ha resultado lo invito afectuosa pero urgentemente a que pruebe El Remedio infalible que Dios proveyó para usted sólo por Amor: nuestro Señor JESUCRISTO y no le estoy hablando de religión sino del Hijo de Dios que por Amor Eteno a usted se entregó en la cruz del Calvario y derramó Su Sangre inmaculada para darle no sólo El Perdón y La Vida Eterna, sino la Libertad plena de sus pecados, delitos, vicios, malas pasiones y demás “Huéspedes espirituales” que combaten contra su alma.
El dijo así: “Todo el que practica pecados es esclavo del pecado pero si YO lo liberto serán verdaderamente libres” (Juan 8:36)
¡Venga a El hoy mismo, en humilde y sincera súplica de Auxilio y, se lo digo por mi experiencia personal y la de millones más, sus prisiones se abrirán y será usted verdadera y eternamente libre!
Por favor visíteme en Temas Bíblicos Pastor Sedas por Youtube: ¡Le edificará!
Gustosamente lo atenderé en el 921-268-4419
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