En el contexto del proceso electoral local para la renovación de las presidencias municipales, uno de los puntos más disputados en la geografía veracruzana es el puerto de Veracruz. Este municipio, el más poblado del estado con más de 600,000 habitantes, es muy importante en términos electorales.
A lo largo de los años, el puerto ha sido considerado un feudo del PAN, aunque en los últimos procesos electorales, el partido blanquiazul ha visto cada vez más difícil traducir esa hegemonía en victorias contundentes en las urnas.
Un ejemplo claro de esta competencia se registró en las elecciones municipales de 2021, donde el resultado fue tan estrecho que tuvo que ser definido en tribunales.
Después de que el árbitro electoral invalidara la candidatura de Miguel Ángel Yunes Márquez, Acción Nacional, en alianza con PRI y PRD, postuló a Patricia Lobeira, mientras que Morena eligió al empresario Ricardo Exsome Zapata como su candidato.
Antes de iniciar las precampañas, algunas encuestas indicaban que Morena y sus aliados (PVEM y PT) gozaban de una cómoda ventaja, casi 20 puntos, sobre la coalición opositora. Sin embargo, conforme avanzaba la etapa de proselitismo, la diferencia se redujo a tan solo 10 o 12 puntos. Al llegar a los días decisivos, los candidatos de ambos partidos se encontraban prácticamente en un empate técnico.
Al final, con un cierre muy ajustado, Patricia Lobeira, candidata de la coalición PAN-PRI-PRD, logró imponerse por un margen muy estrecho al abanderado de Morena. El panismo local supo revertir una tendencia que parecía claramente favorable a la 4T.
Los observadores de la campaña coinciden en señalar que a Ricardo Exsome le faltó recorrer a fondo el municipio; le faltó caminar, dirían los simpatizantes de Morena. Es posible que se haya confiado en el respaldo de la marca Morena y en el elevado nivel de aprobación de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el PAN supo aprovechar la oportunidad y, al final, logró la victoria.
Lo que sucedió posteriormente en ese ayuntamiento, con el abandono del puerto y la creciente decepción de los ciudadanos hacia sus autoridades locales, es un tema aparte.
Esa elección, antecedente reciente, debería servir como lección para Morena en este momento, cuando se está a punto de tomar una decisión crucial sobre la candidatura. Un error en la selección podría ser costoso, a pesar de la inercia favorable que la 4T mantiene a nivel nacional y, particularmente, en Veracruz.
Un dato adicional: la alianza entre Miguel Ángel Yunes y el coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Adán Augusto López, podría significar el fortalecimiento de este grupo en la zona conurbada; ese vínculo, traducido en apoyo al clan Yunes desde las altas esferas del Movimiento, complicaría el escenario para una candidatura débil de la 4T; de ahí la importancia de que el morenismo local cuide al extremo su postulación a la alcaldía.
En la interna de Morena, hasta ahora se han considerado cuatro posibles cartas: la legisladora federal Rosa María Hernández Espejo, el diputado local Pepín Ruiz, la exdiputada Anilú Ingram (quien se incorporó recientemente a la 4T) y, nuevamente Ricardo Exsome.
Lo interesante será observar hacia dónde se inclinan los simpatizantes y militantes de Morena en el puerto; habrá que ver, también, qué dicen las encuesta sobre las preferencias entre la población abierta; es decir, entre quienes no militan en los partidos de la 4T.
Lo cierto es que la selección de esta candidatura definirá el futuro de Morena en el puerto de Veracruz, la zona más importante de todo el estado en términos electorales. Un error en la postulación podría frustrar el objetivo de la 4T de derrotar al PAN en este municipio emblemático, uno de los reductos que aún conserva el yunismo.
@luisromero85
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