El mundo financiero se encuentra en un momento de cambio trascendental, donde el petrodólar, que durante décadas ha sido la moneda reina en el comercio de petróleo, enfrenta desafíos sin precedentes. En medio de esta transformación, los BRICS se alzan como protagonistas, y su New Development Bank (NDB) amenaza con inquietar al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Central de E.U. Además, la incorporación de seis nuevos miembros a los BRICS, entre ellos tres países de Oriente medio, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita e Irán, quienes también son miembros de la OPEP y Egipto el mayor productor de petróleo de África, junto con Rusia que son miembros de la OPEP Plus, agrega una capa adicional de complejidad a esta ecuación.
Durante décadas, el petrodólar ha sido el adhesivo que ha mantenido unido el sistema financiero global. La demanda constante de dólares estadounidenses para las transacciones internacionales de petróleo ha fortalecido su posición como la principal moneda de reserva. Sin embargo, los BRICS en la cumbre celebrada promovió el uso de monedas locales en el comercio entre sus miembros, lo que podría minar gradualmente el papel dominante del petrodólar en el mercado del petróleo.
El New Development Bank, concebido por los BRICS, ha emergido como un actor importante en la cooperación financiera internacional. Al financiar proyectos de desarrollo, el NDB ha demostrado su capacidad para competir con el FMI como fuente de financiamiento en el escenario global. Y con el apoyo financiero de Arabia Saudita podría plantear un desafío significativo al establecido sistema financiero liderado por Occidente.
La promoción de monedas locales por parte de los BRICS en su comercio, llevará a una disminución gradual de la demanda del dólar estadounidense, debilitando la posición del Banco Central de Estados Unidos en la economía mundial.
La incorporación de Argentina quien es una potencia del Litio, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a los BRICS a partir del 1 de enero de 2024, amplía la influencia de este grupo en el tema de la industria. Estos países fueron elegidos por su importancia geopolíticas y por su papel significativo en el mercado del Gas Licuado y el petróleo, lo que refuerza la unión entre los productores de petróleo y las naciones BRICS en su impulso hacia la desdolarización del comercio de crudo.
Los BRICS están liderando una transformación monumental en el sistema financiero mundial, fortaleciendo la cooperación financiera a través del NDB y expandiendo sus membresías. Esto podría debilitar gradualmente el dominio del dólar y poner en tela de juicio la influencia del FMI y el Banco Central. El petrodólar, una vez indiscutible, se enfrenta a un futuro incierto, y el paisaje financiero cambia rápidamente. Occidente debe reconocer estos desafíos y adaptarse a una nueva realidad financiera en gestación, donde la unión de los países miembros de la OPEP y la OPEP+ con los BRICS desempeñará un papel crucial en la configuración del Nuevo Orden Mundial.
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