El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) ha sido históricamente un campo de batalla donde el poder, las cuotas sindicales y los negocios alternos juegan roles cruciales.
La reciente sentencia contra Ricardo Aldana Prieto, secretario general del sindicato, es un claro ejemplo de cómo aliados pueden convertirse en enemigos cuando están en juego los intereses y las cuotas sindicales.
Ricardo Aldana Prieto sufrió un revés significativo antes de la renovación de las 36 dirigencias locales y la nacional del gremio.
El Tribunal Laboral Federal de Asuntos Colectivos ordenó la restitución de Víctor Manuel Kidnie de la Cruz como secretario del Interior y Acuerdos de la Sección 47 del STPRM en Ciudad del Carmen, Campeche.
Este fallo se produjo después de que el Décimo Sexto Tribunal Colegiado en Materia del Trabajo resolviera un amparo a favor de Kidnie, condenando la decisión de Aldana de suspender la comisión sindical de Kidnie.
La jueza Gabriela Zambrano no solo revocó la suspensión de Kidnie, sino que también ordenó a Aldana ofrecer una disculpa pública, reconociendo el incumplimiento de las normas estatutarias del sindicato. Esta sentencia no solo restituye a Kidnie en su cargo, sino que también refleja la complejidad y las luchas internas del STPRM.
El enfrentamiento entre Aldana y Kidnie pone de manifiesto cómo las disputas por el poder pueden erosionar la cohesión interna de un sindicato. Kidnie fue destituido tras denunciar la presunta malversación de fondos por parte del secretario de la sección 47, Víctor Matías Hernández Colunga, y del tesorero del gremio, José Alberto Macías Flores.
Estas denuncias llevaron a la detención y encarcelamiento de Hernández Colunga y Macías Flores, quienes posteriormente obtuvieron un amparo para enfrentar su proceso en libertad.
Una disputa donde existieron balazos en oficinas.
La decisión en el pasado de Aldana de suspender a Kidnie parece fue una maniobra para consolidar su control y proteger a ciertos aliados dentro del sindicato. Sin embargo, la intervención judicial demostró que las acciones de Aldana violaron los procedimientos y normas internas, subrayando la importancia de la legalidad y la transparencia en la gestión sindical. Algo que era muy común también en el pasado y se hacía la voluntad del sindicato con la compra de jueces o funcionarios en la Secretaría del Trabajo.
Las cuotas sindicales y los negocios alternos como el transporte de personal son a menudo el núcleo de las disputas internas en los sindicatos.
Controlar estas cuotas significa tener el poder financiero para influir en decisiones clave y mantener una base de apoyo sólida. En este contexto, cualquier amenaza a este control, como las denuncias de corrupción de Kidnie, puede desencadenar respuestas drásticas por parte de los líderes sindicales.
La orden de la jueza Zambrano de restituir a Kidnie y exigir una disculpa pública a Aldana es una victoria para aquellos que abogan por la transparencia y la rendición de cuentas dentro del sindicato petrolero. No obstante, también evidencia las fracturas profundas y las rivalidades que existen cuando los intereses económicos y el poder están en juego.
El caso de Ricardo Aldana Prieto y Víctor Manuel Kidnie de la Cruz es un recordatorio de cómo las luchas por el poder y las cuotas sindicales pueden transformar a antiguos aliados en acérrimos enemigos. A nivel local, la sección 31 de Coatzacoalcos vivió escenas en este sentido.
En última instancia, la situación en el STPRM refleja un fenómeno común en muchas organizaciones: la tensión entre el poder y la legalidad, y cómo las disputas afectan no solo a los individuos implicados, sino también a la credibilidad y funcionamiento de toda la institución.
Para los trabajadores petroleros y para el sindicato en su conjunto, la esperanza radica en una gestión que priorice la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto a las normas estatutarias, asegurando que las cuotas sindicales y las ganancias de los otros negocios sean utilizadas de manera justa y equitativa para el beneficio de todos sus miembros. Algo que difícilmente ocurrirá.
El alcalde Amado Cruz Malpica, ha insistido en que una de las prioridades durante su administración será la obra de drenaje sanitario, una acción que muchos ediles en el pasado, no han querido desarrollar porque al no ser tan visible como otro tipo de obras, poco efecto positivo inmediato tiene en la percepción de la población.
Sin embargo las obras de drenaje son cruciales para la gestión del agua en las ciudades, contribuyendo a la prevención de inundaciones, la protección de la salud pública, la conservación del medio ambiente, el mantenimiento de la infraestructura, la mejora de la calidad de vida y la seguridad de los habitantes.
Ayer en conferencia de prensa, insistió en ese tema, al cual se le está dando prioridad.
Por lo pronto, se dio a conocer que se activó la rehabilitación de dos colectores sanitarios, como lo son “El Topacio” y “Las Palmas” con una inversión de 14 millones de pesos y que beneficiará a más de 6 mil familias. Entre ambos suman más de 2 mil 200 metros lineales de infraestructura subterránea. Ya habrá más anuncios en este sentido.
joluperezcruz@hotmail.com
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