Al paso de los días sigue incrementándose la actividad en el hospital Materno Infantil IMSS Bienestar en Coatzacoalcos, ubicado en el poniente de la ciudad.
Ya las cuadrillas de trabajadores de compañías que se encargan de la restauración de las diversas áreas se han elevado sustancialmente.
Contrario a lo que ocurrió la última vez que le metieron mano, cuando pintaron sobre el óxido porque, presuntamente, llegaría el expresidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hoy los tubos que forman la barda fueron saneados y pintados de manera más correcta.
La afluencia de obreros interactuando para ponerlo en fase de utilidad ha dado lugar a que ya se instale un pequeño carrito móvil de comida que abastece de los alimentos más esenciales a quienes ahí laboran.
Un par de años atrás, se aseguraba que el área más afectada era donde se ubicaba la instalación para suministrar los diferentes gases médicos que podrían utilizarse en las diversas áreas del nosocomio.
Tanques y tuberías corroídas por estar sin uso y sin mantenimiento. Durante varios años, estarían afectadas.
Habrá que poner mucha observación ahí, ya que actualmente la atención hospitalaria moderna depende, en gran medida, de un recurso esencial que suele pasar desapercibido: los gases médicos.
Estos gases no solo son fundamentales para mantener a los pacientes con vida, sino que son parte de prácticamente todos los tratamientos críticos.
Desde la administración de oxígeno a pacientes con insuficiencia respiratoria hasta el uso de óxido nitroso en cirugías, su importancia es innegable.
El oxígeno, por ejemplo, es el gas más utilizado y vital para cualquier hospital. Pacientes con enfermedades respiratorias, como el COVID-19 o la EPOC, dependen de este recurso para estabilizar sus niveles de oxigenación.
Sin un suministro adecuado de oxígeno, la capacidad de los hospitales para atender estas y otras afecciones se vería severamente comprometida.
Además, otros gases como el aire medicinal y el dióxido de carbono cumplen funciones específicas. El primero, utilizado en ventiladores, ayuda a mantener una respiración constante en pacientes críticos, mientras que el segundo es clave en procedimientos laparoscópicos, donde se necesita espacio para maniobrar dentro del abdomen del paciente.
De ahí que los gases médicos son un pilar invisible pero indispensable en el funcionamiento de los hospitales.
Sin ellos, los avances en cirugía, cuidados intensivos y terapia respiratoria no serían posibles, lo que hace que su administración correcta sea vital para el éxito de la atención sanitaria moderna.
Habrá que ver si ya están en mantenimiento estas áreas dentro del hospital Materno Infantil IMSS Bienestar en Coatzacoalcos.
En Coatzacoalcos, el temor hacia la policía estatal de Veracruz sigue creciendo a niveles preocupantes.
Ciudadanos reportan sentirse inseguros, no solo por la delincuencia, sino por quienes deberían protegerlos.
En las noches, salir de un restaurante o caminar por las calles se ha convertido en una actividad cargada de incertidumbre.
Lo que debería ser una presencia tranquilizadora hoy genera miedo.
Muchos afirman que la policía estatal se esconde en la oscuridad, con torretas apagadas, acechando en lugar de proteger, aumentando el temor de ser víctimas de abusos.
La situación es crítica con la gendarmería estatal. La percepción de que la policía, en lugar de proteger, es una amenaza sigue calando profundamente en la ciudadanía.
No es raro escuchar historias de personas que prefieren evitar ciertos lugares o actividades por miedo a toparse con patrullas de la policía estatal.
Las denuncias de violaciones a los derechos humanos continúan siendo un tema central en la conversación pública, y la desconfianza parece crecer cada día.
Uno de los grandes retos para la nueva administración estatal será enfrentar este problema.
Es urgente reformar la institución policial, cambiar las estrategias y, sobre todo, trabajar en la percepción ciudadana.
La sociedad exige una fuerza policial que realmente esté al servicio de los ciudadanos, que inspire confianza y seguridad, no miedo y desconfianza. La tarea no es fácil, pero es necesaria si se busca devolverle la tranquilidad a las calles de Veracruz.
El desafío no solo está en las acciones que tome el gobierno, sino en recuperar la confianza de una población que hoy ve a la policía más como una amenaza que como un aliado.
¿Es posible revertir esta percepción? Solo el tiempo y las acciones de las autoridades lo dirán.
Ayer en Xalapa, Mayra Vanesa Osorio Morales, extrabajadora de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), denunciaba públicamente su despido injustificado.
Acusada sin pruebas de un desvío de 5 millones de pesos ocurrido en el área de Combustibles y Servicios Generales, Osorio Morales señala que su despido podría estar vinculado a las irregularidades que ella misma reportó en su área.
Osorio Morales, con 10 años de servicio, ha solicitado al Órgano de Fiscalización Superior una auditoría antes de que el gobierno cambie de administración. Mientras tanto, espera justicia ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje. Su exigencia es clara: salarios caídos, reinstalación y una disculpa pública.
Ladrones en SSP, lo que hay que ver en estos días en Veracruz.
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