"No me daba miedo perder un seno, ni mucho menos quedarme sin cabello, pero si perder la vida y no ver más a mi hija", fue lo primero que pensó Gladis del Carmen Collado Reyes al escuchar que tenía cáncer de mama.
Tras dos años de luchar contra la enfermedad, hoy vive plena y feliz de haber ganado la batalla, pues nunca se dio por vencida, aún cuando las quimioterapias y radiaciones debilitaban su cuerpo.
"No tuve miedo de nada, no tuve miedo de perder el cabello, no tuve miedo de sufrir el frío, ni menos perder un busto, pero gracias a dios, tengo manos, puedo caminar, te puedo ver, te puedo escuchar, gracias a dios estoy bien, lo importante era estar aquí y presente para mi hija", dijo.
El cáncer de mama es una enfermedad en la que células de la mama con alteraciones se multiplican sin control y forman tumores que, de no tratarse, pueden propagarse por todo el cuerpo y causar la muerte.
En medio de la contingencia sanitaria por covid-19, Gladis se detectó un absceso en el seno derecho, por lo que acudió al médico y le dijeron que todo estaba en orden.
Pero con el paso del tiempo, el malestar creció aún más, hasta formarse una "pelotita", que le impedía cerrar el brazo, por lo que recurrió al doctor Javier Reyes Muñoz, actual director de Salud Pública Municipal, quien la alertó del problema que se avecina.
"En el 2021 resulta que me salió un absceso, que probablemente se iba a salir solito, según yo, me fui a hacer unos estudios y resulta que no había nada, pero en el 2022, un día despierto con un dolor en el brazo, ya sentía como pelotita abajo del brazo y no podía cerrarlos, tenía los ganglios inflamados", recordó.
Fue durante la visita del "Doctor Vagón" a Coatzacoalcos, que los estudios médicos confirmaron lo que ya le había anticipado, Gladis Collado, tenía cáncer de mama y era necesario iniciar un tratamiento de manera urgente para salvar su vida.
Gladis, que por más de 20 años se ha dedicado al foto periodismo en los medios de comunicación, se armó de valor, de la misma manera que cubría la fuente policiaca y en donde los hechos violentos, la convierten en una mujer de acero.
Fue en el Centro de Cancerología en la ciudad de Xalapa, donde Gladis Collado, fue sometida a varios estudios, que determinaron el número de quimioterapias y radiaciones que recibiría.
"Me hicieron la biopsia, el resultado salió positivo y ahora si, a enfrentarme a lo que es la enfermedad, después me mandaron al Cecan, el centro de cancerología en Xalapa. En su momento me tocó cubrir la fuente policiaca en el Diario del Istmo, y pues lo enfrentamos", comentó.
El cáncer de mama, se origina en la glándula mamaria y, si no se trata a tiempo, puede expandirse a otros órganos como pulmones, hígado y huesos, afecta principalmente a las mujeres, sin embargo, también puede desarrollarse en hombres.
Alejada de los caminos de dios, la mamá de uno de los compañeros de la escuela de su hija, le habló de las misas de sanación, que en un principio lo dudo, pero que al final, se dio la oportunidad de escuchar el mensaje, que la llevó a retomar su fe y que hoy la mantiene de pie.
"La mamá de un compañerito de mi hija se entera y me habló de una misa de sanación para los enfermos, para que te presentes. Fui a la misa de sanación, antes de las quimios y fui a la Iglesia San Pedro y San Pablo, el padre me hizo retomar mi fe y esa es la que me tiene aquí", dijo.
Y aunque hoy no puede correr, ni mucho menos practicar algún deporte, Gladis agradece cada día, el poder abrir los ojos y abrazar a su hija.
Tras iniciar el tratamiento a base de quimioterapias y radiaciones, Gladis estaba consciente que tarde o temprano perdería su cabello, pero nunca se imaginó que desde las dos primeras sesiones su cuerpo comenzaría a tener cambios.
Un día antes de acudir a su segunda quimioterapia, se metió a bañar y al iniciar con el enjuagado de su cabello, se le desprendían los mechones, que en un principio la tomó por sorpresa, pero le provocó una carcajada, ante lo agresivo que fue verse al espejo completamente rapada.
"Se siente muy frío los químicos que te inyectan, estás en un lugar completamente helado. Un día me meto a bañar, y cuando siento, se me vienen los pedazos de cabello entre los dedos, solo me reí, salí del baño y le dije a un familiar que me prestara unas tijeras, al final terminé a una estética, donde me raparon por completo", narró.
Gladis Callado, vivió una de las épocas más bonitas de los medios de comunicación, el revelado de fotografías en cuartos oscuras, lo que relacionó con los tratamientos de quimioterapia, pues al recibir las dosis químicas, no debía exponerse al sol, ni mucho menos a la luz.
"Yo viví esa parte de la quimioterapia, yo revelaba antes fotografía en el Diario del Istmo, me tocó el revelado y la impresión de fotografía, entonces, no te puede dar la luz, después de la quimioterapia no te puede dar la luz, tienes que estar en la oscuridad, una luz tenue en tu cuarto", recordó.
Tras concluir el proceso de quimioterapias, Gladis fue sometida a una cirugía, para que le extirparan el seno, de lo contrario, la enfermedad podría extenderse y dañar otros órganos.
Durante la entrevista, Gladis, mencionó que nunca se avergonzó de su cuerpo, ni mucho menos se quebró al verse frente a un espejo y darse cuenta que ya no tenía un seno, pues eso representaba los rastros una verdadera batalla y de cual salió victoriosa.
"Perdí un seno, no lo tengo, te lo tienen que quitar porque nunca sabes hasta donde va a dañar por dentro, a mí nunca se me inflamó, todo era internos, el busto se me veía normal, si se sentía un poco duro, pero todo era de manera interna" explicó.
"Cuando mi hija vio los cambios de mi cuerpo, hablé con ella y le dije, mamita tiene cáncer", Gladis Collado, mencionó que el amor de su vida es muy inteligente y entendió el proceso que estaba enfrentando, por lo que juntas decidieron erradicar ese mal de sus vidas.
Aunque dejó de acompañar a su hija a ciertas actividades, siempre estuvo presente en cada etapa de la escuela, jamás tuvo miedo, ni mucho menos pena al acudir a la escuela y disfrutar los triunfos de su pequeña.
"Yo le platiqué las cosas como iban, sabes qué mi amor, mamá tiene cáncer, no vamos a tener miedo, vamos enfrentar las cosas, tú vas a estar y yo voy a estar contigo, te vas a quedar con tu abuelita, con tu papá y con tus primos, mientras voy a este proceso", sostuvo.
Llegó el momento más difícil para Gladis, pues al concluir con el tratamiento y ser sometida a una cirugía, se le practicaron nuevos estudios y cada uno determinó que se encontraba completamente "limpia" es decir libre de células cancerígenas.
Sin embargo, se mantiene bajo observación por un periodo de 5 años, por lo que lleva las instrucciones del personal médico al pie de la letra, par que en un futuro, pueda nuevamente correr, tomar un poco de sol y llevar a su hija al mar.
"Tengo un tratamiento que llevar por 5 años, eso no significa que yo tenga cáncer, significa que tengo que llevar un control, para que no regrese, afortunadamente no tengo nada, gracias a dios, estoy libre, solo tengo que cumplir el ciclo", apuntó.
Existen otros tipos de cáncer de mama menos comunes, tales como la enfermedad de Paget, el cáncer de mama medular, el cáncer de mama mucinoso y el cáncer de mama inflamatorio. Carcinoma ductal in situ es una enfermedad de las mamas que puede llevar a cáncer de mama infiltrante.
La Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento, informó que de 176 mil 672 mujeres de 50 años y más han tenido cáncer de mama, lo que equivale a 42.8 % de las mujeres que señalaron haber tenido cáncer en algún momento de su vida.
Por grandes grupos de edad, las mujeres de 60 a 74 años reportaron la mayor prevalencia, con 62.1 por ciento.
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