A tres días de comenzar noviembre, el Mercado Popular Morelos ya se llenó del clásico colorido naranja del cempasúchil, pero no sólo eso, de murciélagos, calabazas y calaveras que reflejan cómo dos tradiciones tan diferentes conviven en un mismo lugar: Día de Muertos y Halloween.
Desde veladoras en vaso o sueltas, de todos tamaños, es el colorido que se aprecia al interior del Mercado Popular Morelos como una antesala al Día de Muertos, donde no podía faltar el papel picado de diversos colores y figuras, así como la venta de calaveras y catrinas de cartón.
Incluso tapetes impresos con altares y la venta de calaveritas de azúcar, malvavisco o amaranto, o tocados de flores de papel o sintéticas para catrinas, se observan en los pasillos de este tradicional centro de abastos, a la par de dulces de fruta típicos para la época.
Al exterior del Mercado Popular Morelos ya hay vendedores de flores cempasúchil en tonalidades naranjas o amarillas, garra de león y las ‘nubes’, que acompañarán los altares o tumbas, como parte de esta tradición prehispánica que se celebra el 1 y 2 de noviembre e honra a la memoria de los muertos, que surge como un sincretismo entre las celebraciones católicas e indígenas coincidentes con el Día de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos.
Sin embargo, en el mismo espacio del Mercado Popular Morelos otra tradición extranjera se hace presente: Halloween, pues hay venta de calabazas y calaveras en forma de piñatas o recipientes, así como letras inflables para hacer alusión a esta festividad de origen celta que evolucionó a una costumbre cristiana en víspera de Todos los Santos, denominada All Hallows Eve o Halloween, especialmente en Estados Unidos, donde a su llegada, inmigrantes irlandeses, se disfrazaban para ir de puerta en puerta pidiendo frutas.
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