Una duna que invadió carril y medio en la octava etapa del Malecón, se convirtió en los últimos días en un peligro para los automovilistas que transitan por esa importante vía de comunicación.
Luego del último frente frío que azotó la región, las fuertes rachas de viento que alcanzaron hasta 90 kilómetros por hora removieron la arena de no una, sino de tres dunas alternadas en un tramo de al menos 500 metros, y una de ellas es la que más peligro representa.
Los montículos de arena miden aproximadamente cinco metros o más del piso a la cresta de la duna, con una salida desde la banqueta que va de los ocho a diez metros de ancho y por lo menos unos 15 metros de largo.
Lo anterior reduce la circulación vehicular a un carril y medio, y ha habido conductores despistados, que se suben al montículo estando a punto de volcarse hacia su lado izquierdo, ya que la duna más grande está del lado playa en el carril de circulación de oriente a poniente, a unos mil metros de un importante hotel que se encuentra a la altura de la colonia El Tesoro.
Es preciso mencionar que el ecosistema costero de la zona y principalmente en esta ciudad, se compone por una formación de dunas y en muchas zonas éstas se encuentran custodiadas por la maleza conocida como riñonina.
La cual impide que la arena vuele cuando hay fuertes vientos, solamente que en esa parte de las dunas la arena se encuentra sin vegetación.
Ante esta problemática, sería ideal que las autoridades municipales hicieran un programa de reforestación para preservar el entorno ambiental, que sería menos costoso, que estar sacando la arena cada que haya un ‘norte’.
Cabe destacar que las dunas de nuestra ciudad han sido utilizadas para la práctica de deportes extremos, como motociclismo, paseos en cuatrimotos, carreras de tubulares, para practicar el senderismo, carreras pedestres, reuniones de asociaciones civiles afines a este tipo de naturaleza y hasta sesiones fotográficas teniendo como fondo el volcán de San Martín y cerro de Santa Martha.
La línea de dunas abarca desde Las Escolleras hasta la congregación de Las Barrillas, y desde la construcción de la primera y segunda etapa, se le ganó espacio al mar y a la playa.
Por lo que hay problemas cuando se registra un frente frío con vientos huracanados; y desde la Pirámide hasta la colonia Playa de Oro y de ahí en la séptima etapa del Malecón, frente a la colonia Pensiones hasta la colonia El tesoro, donde en tiempos de vientos fuertes, la arena brinca sobre el muro de contención del Malecón.
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