El desayuno es la comida más importante del día, ya que estos son los alimentos con los que rompemos el ayuno, por lo que debe estar lleno de proteínas y vitaminas, sin embargo el estilo de vida actual en muchas ocasiones impide que el desayuno sea precisamente sano.
Por lo que lo primero que encontramos, es nuestro primer alimento del día en este caso sería el café, un jugo de naranja, galletas o yogur, pero nada de esto es bueno para la salud del cuerpo y menos para nuestro día, ya que nos quitará energía.
Antes de tu próximo desayuno, debes detenerte y analizar qué es lo que vas a consumir, y cómo esto va a beneficiar o a perjudicar tu cuerpo, ya que hay algunas cosas nada saludables como los refrescos.
Aunque deliciosos y muy comunes en las comidas mexicanas, estas bebidas ocasionan un daño a corto y largo plazo y no importa a qué hora del día las consumas, sin embargo, en el desayuno puede hacer más daño, las razones:
Uno de los principales problemas de consumir refrescos en el desayuno es su alto contenido de azúcar, ya que esto conlleva a una gran cantidad de calorías en estas bebidas.
Al no quemar estas calorías, se convertirán en grasa, lo que conllevará a problemas como sobrepeso, obesidad e incluso resistencia a la insulina o aún peor a desarrollar diabetes tipo 2.
Los refrescos como la coca cola suelen provocar problemas digestivos, especialmente si se consume como primer comida del día. Ya que el gas provoca distensión abdominal y el reflujo ácido. Además provoca problemas gástricos a largo plazo.
Está de más decir que con estos síntomas te sentirás mal gran parte del día, y esa pesadez no se te quitará.
El alto contenido de azúcar en los refrescos también afecta negativamente la salud dental. El azúcar alimenta a las bacterias de la boca, lo que produce ácidos que pueden provocar caries dental. Las encías también se verán afectadas.
El consumo regular de refrescos en el desayuno está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Este tipo de bebidas, no solo eleva los niveles de azúcar en la sangre, sino que también puede afectar la presión arterial y los niveles de colesterol.
El consumo frecuente de refrescos azucarados puede alterar el metabolismo de la glucosa, incrementando el riesgo de síndrome metabólico. Esto puede provocar, una combinación de hipertensión, niveles elevados de azúcar en sangre, exceso de grasa abdominal y niveles anormales de colesterol.
El consumo de refresco también aumenta el riesgo de osteoporosis y además la piel también se verá afectada si continúas consumiendo.
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