Ni te imaginas la cantidad de libros para colorear de adultos que puedes encontrar en las librerías. ¿Y por qué no? Nos han acostumbrado a creer que los únicos que pueden colorear son los niños ¡Pero no! Aunque no lo creas, colorear es una actividad sumamente terapéutica y con múltiples beneficios para nuestra salud.
Incluso reconocidos psicólogos como Sigmund Freud, Carl Jung y Edith Kramer, lo recomendaban como parte de sus terapias, ya que descubrieron que esta actividad servía para calmar el estrés y las preocupaciones de sus pacientes.
¿Y qué tal si haces el ejercicio de recordar cuando coloreabas de pequeño y cómo ese dibujo en blanco y negro cobraba vida poco a poco hasta convertirse en tu obra de arte? ¿Qué te hacía sentir? ¿Lo recuerdas? Si no es así, intenta dedicar un tiempo para observar a algún niño coloreando y fijarte si lo hace desde la paz y tranquilidad. Apuesto a que será así.
Esto sucede porque colorear guía nuestra mente por universos de fantasía e imaginación, que nos permiten desconectarnos de las preocupaciones y concentrarnos en un acto simple y satisfactorio. Cuando lo intentes, es probable que te resultará tan placentero, que entrarás en un estado de Flow, en el que tus pensamientos se quedarán en segundo plano y enfocarás todos tus esfuerzos en esta actividad sumamente estimulante.
Es tan efectiva esta práctica que muchos autores lo recomiendan ampliamente en libros como El jardín secreto y El bosque encantado de Johanna Basford, así como libros de Mándalas como los de Patricia López Caballero, Alan Guilloux o los libros de Arte terapia de Michael O' Mara y Mindfulness para colorear de Emma Farrraons, entre otras tantos.
¡Así que vamos! ¿Qué te parece si empiezas conectando con tu niño interno desde ya?
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